Ibarguren, Carlos
 
| ALGUNOS DATOS BIOGRÁFICOS |
Abogado, político, historiador y escritor argentino. Nació en Salta en 1877 y falleció en la ciudad de Buenos Aires en 1956.

En el pensamiento de Ibarguren es posible reconocer dos etapas bien definidas, la primera configurada dentro del liberalismo que gobernó al país a fines del siglo XIX y al que adhirió a temprana edad debido a la notable influencia que ejercieron sobre él figuras como Domingo Sarmiento o Eduardo Wilde que frecuentaban su hogar como amigos de su padre. En la segunda etapa se lo puede inscribir en el llamado nacionalismo argentino, convirtiéndolo en un crítico de aquello que había adherido.

Este viraje significativo dentro de la evolución de sus ideas, como aconteció a otros hombres de su generación, se debe a la desilusión que cernió sobre su espíritu al descubrir que el verdadero progreso al que propendió la nación durante aquellos años había resultado, tal como él mismo describió, “superficial y ligero”, y proponente de una “imitación carente de personalidad”. Su libro La literatura y la guerra, en 1920, marca quizás el inicio de esta revisión de sus creencias, y en La inquietud de esta hora, publicado en 1934, mostró su pensamiento en toda la plenitud.

Desde muy joven ejerció la docencia universitaria, llegando a presidir la Universidad de Buenos Aires, con el cargo de vicedecano, que tras su retiro voluntario de las aulas, lo distinguió con el título de profesor honorario.

Con una franca vocación por la investigación de los problemas socio-políticos e históricos, dedicó a éstos su vida. Se consagró intensamente al estudio del pasado nacional dando origen, quizás sin proponérselo, a una nueva corriente historiográfica el revisionismo histórico.

En sus libros no solo refleja una profunda rigurosidad científica, sino también una exquisita escritura siendo galardonado en 1930 con el Primer Premio Nacional de Literatura, por su obra "Juan Manuel de Rosas, su vida, su tiempo, su drama.”

Su fecundo aporte a la cultura nacional fue reconocido con la pertenencia a distintos institutos de orden nacional e internacional. Así, fue Académico de Número de la Academia Nacional de la Historia (1922-1956) y presidente de la Academia Argentina de Letras (1941-1945). Asimismo, perteneció a la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales y distinguido como Miembro de la Real Academia Española de la Lengua, y de la Real Academia de Historia.

Al igual que muchos jóvenes liberales que creían en la participación popular que el “régimen” desconocía, se entusiasmó con las proclamas de la Unión Cívica. Sin embargo, Ibarguren no acordaba con los conatos revolucionarios que realizaba este partido y las prédicas apocalípticas de Don Hipólito Irigoyen, por lo que se retira. En 1914 fundó junto a Lisandro de la Torre el Partido Demócrata Progresista, llegando por este partido a componer la fórmula presidencial de 1916.

Al margen de toda filiación partidaria, estuvo al frente de la Subsecretaría de Agricultura durante la presidencia de Julio A. Roca. Fue nombrado secretario de la Corte Suprema Nacional (1906-1912) y vocal del Consejo Nacional de Educación, cargo que dejó inmediatamente para integrar el gobierno del presidente Roque Sáenz Peña como Ministro de Justicia e Instrucción Pública (1912-1914). Durante el golpe revolucionario del general José F. Uriburu fue designado interventor en la provincia de Córdoba.

Infatigable y apasionado, Ibarguren desplegó una intensa labor cultural, y sus obras se han convertido en clásicos de la literatura histórica argentina. Entre ellas se pueden señalar De nuestra tierra (1917), La literatura y la gran guerra (1920), Historias del tiempo clásico (1924), Manuelita Rosas (1925), La inquietud de esta hora (1934), Las Sociedades Literarias y la Revolución Argentina (1838), San Martín íntimo (1950) y La historia que he vivido (entregada a la imprenta en 1954 y que los editores dieron a publicidad en noviembre de 1955). En ésta última el autor entrelaza magistralmente su propia historia con la historia de la nación.
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