José Artigas
1819 - carta de Artigas a Rondeau solicitando ayuda contra los portugueses
 
 

Carta de Artigas al Director Rondeau solicitándole ayuda contra los invasores portugueses, reenviada con instrucciones reservadas a don Manuel José García, enviado especial en Río de Janeiro





Señor D. José Rondeau

Mi siempre apreciable compadre, tocayo y amigo: Cuatro renglones habrían bastado á firmar la Unión deseada cuando ella sea medida por la cordialidad de las notas que deben expresarla. Usted me conoce y sabe que por mi parte nada es increpable para su realización. Usted anima mis sentimientos por este deber; yo estoy resuelto á llenarlo. ¿Qué falta, pues, para dar al mundo entero una lección de virtud y que nuestros comunes votos se hallan reanimados por la destrucción de los enemigos comunes? Usted lo sabe, lo penetra y es muy extraño no haya usted adelantado el paso preciso á esa dulce satisfacción. Obviaré reflexiones que se dejan traslucir al primer golpe de vista. Empiece usted á desmentir esas ideas mezquinas de su predecesor y á inspirar la confianza pública; empiece usted con el rompimiento con los portugueses y este paso afianzará la seguridad de los otros.

Entonces aparecerá el iris de paz que inspirando terror á los enemigos comunes será la reseña general de la felicidad de los americanos del Sur. La patria exige de nosotros tan interesante medida. Desmentirla será formar nuevas dudas sobre principios justificados.

Córrase el velo á los misterios y la simple verdad bastará á confundir ese germen de iniquidad.

Yo he hablado demasiado confidencialmente con el señor don Domingo French. El regresa y él impondrá á usted de la vehemencia de mis votos por obviar nuevas dificultades. Por mi parte todo es concluido. Mi influjo será reglado por el nivel de su conducta y la uniformidad de operaciones nos conducirá á una jornada gloriosa.

Por más que los enemigos se multipliquen, eso sólo servirá para aumentar nuestra gloria.

Nuestra unión es el mejor escudo contra toda y cualquiera especie de coalición. Demos el ejemplo y deje usted que se desplome el universo sobre nosotros, y nuestra decisión superará sus esfuerzos. Empecemos por el que tenemos al frente, y la expedición española hallará en la ruina de los portugueses el mérito de su desengaño. Ostentarlo es nuestro deber. Espero verlo realizado sobre el testimonio de su palabra de honor. A ello me suscribo con toda cordialidad de un amigo y apasionado servidor.

José Artigas.

Cuartel general, 18 de Julio de 1819.



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Reservado

Ya está apurado el sufrimiento de este Gobierno con respecto á los anarquistas.

No hay medio de conciliación para con unas fieras á quienes no animan otras ideas que las de horror, sangre y desolación. Se han tentado todas vías para inducir á la concordia á esos monstruos del suelo americano, especialmente desde que se anunció la grande expedición española contra estas playas. Todo ha sido inútil, y sólo ha producido el efecto de aumentar su saña y disponerlos á quebrantar con descaro toda clase de derechos aun los más sagrados entre las Naciones.

Fuimos incitados por ellos mismos para suspender la guerra con Santa Fe, celebrar un armisticio y nombrar diputados que con los de su parte acordasen las condiciones de una paz perpetua, de unión y fraternidad. Se celebró el armisticio, se mandaron retirar inmediatamente las tropas y nuestros diputados después de más de tres meses de espera tuvieron que regresar sin haber alcanzado otra cosa que la ratificación del armisticio por parte de López, gobernador de Santa Fe, su allanamiento á que las cosas quedasen en el estado que tenían, y su comprometimiento á no hacer novedad, mientras que venciendo algunas dificultades podía disponer el envío de sus diputados. Luego que tomé el mando de estas provincias, provoqué á don José Artigas á la unión y concordia por medio de una carta amistosa que condujo el coronel don Domingo French, con el fin de que reunidas nuestras fuerzas pudiésemos burlar más fácilmente los designios de esa expedición española que amagaba.

¿Y cuáles han sido los resultados de estos pasos que en todo tiempo harán honra al Gobierno de Buenos Aires? Pedir Artigas por condición esencial y precisa el rompimiento con los portugueses; hacer pasar tropas de la Banda Oriental y Entre Ríos á Santa Fe con las que los pérfidos santafecinos, pendiente el armisticio y su comprometimiento, han burlado nuestra fe, han sorprendido á varios pasajeros, entre ellos á don Marcos Balcarce y á los diputados del Congreso Dr. Castro y Dr. Serrano; se han apoderado de las propiedades de Buenos Aires existentes allí, han tomado otras que venían del Paraguay y han apresado tres tropas de carretas que marchaban al interior con crecidos caudales en efecto. Después de todo se ponen en movimiento con gruesas divisiones contra nuestra campaña dirigiéndose, según avisos, hasta la villa de Lujan; de tal modo, que mañana mismo me pongo en marcha con las tropas de la guarnición á contener á esos vándalos, mientras cargan las fuerzas reunidas de los ejércitos del Perú y de los Andes.

Es ya llegado el caso de no perdonar arbitrio para concluir con esta gente que no trabaja sino en la ruina de todo buen Gobierno y en inducir el anarquismo y el desorden por todas partes. He propuesto de palabra por medio del coronel Pinto al barón de la Laguna que acometa con sus fuerzas y persiga al enemigo común hasta el Entre Ríos y Paraná, obrando en combinación con nosotros. No se ha recibido hasta ahora contestación, y temo que el barón no se preste á esta medida, ya por las órdenes que tiene de su corte para no traspasar la línea del Uruguay, ya porque su conducta con relación á nosotros no se ha presentado la mejor, habiendo entre otras infinitas cosas dado lugar para que don José Miguel Carreras se haya trasladado al Entre Ríos con su imprenta, donde está publicando papeles los más incendiarios y activando las operaciones contra este territorio.

Bajo este concepto es de necesidad absoluta que trate V. S. de obtener de ese Gabinete órdenes terminantes al barón, para que cargue con sus tropas y aun la escuadrilla sobre el Entre Ríos, Paraná y obre en combinación con nuestras fuerzas; debiéndose, sí, guardar la condición precisa de que sólo hayan de ocupar aquellos puntos mientras este Gobierno se pone en aptitud de hacerlo, ó más bien que habrán de dejarlos libres luego que se les pidan por el Gobierno. Contraiga V. S. su dedicación, sus relaciones y conocimientos á este negocio importante, y no omita diligencia para conseguirlo bajo el principio indudable de recíproco interés y conveniencia común.

Dios guarde á V. S. muchos años. Buenos Aires, Octubre 31 de 1819.

Firmado: José Rondeau.

Señor diputado don, Manuel José García”.








Mayo en Ascuas desde 1814, Documentos. Federico Ibarguren. Ediciones Teoría, Bs. As. – 1961