desde 1800 hasta 1851
fusilamiento de Dorrego
 
 
El preso es conducido al campamento de Lavalle, en Navarro. Díaz Vélez y el almirante Brown interceden por su vida. Los “doctores†unitarios, por lo contrario, exigen que sea fusilado, cumpliéndose así el plan aprobado previamente. Del Carril, Varela, Agüero y Rivadavia presionan a Lavalle. Y éste ordena la ejecución del gobernador, que es pasado por las armas, sin ser juzgado, en la tarde del 13 de diciembre de 1828.

Antes de morir, Dorrego escribió 3 cartas: a su mujer y sus hijas, a su hermano y a Estanislao López. Dice a López: “Ignoro la causa de mi muerte, pero de todos modos perdono a mis perseguidores [...] Que mi muerte no sea causa de derramamiento de sangreâ€. Pese al deseo de la noble víctima, aquel fusilamiento, instigado por los hombres del partido unitario y que Lavalle dispusiera “por su ordenâ€, determinaría que la República se siguiera ensangrentando por largo tiempo.

El gobierno acentúa una represión tremenda, dirigida principalmente contra los gauchos de la provincia de Buenos Aires, unánimemente federales. Varela escribe: “Lavalle debiera degollar a cuatro milâ€. Unos mil paisanos son asesinados en la provincia y comisiones irregulares siembran el terror en la ciudad. Balcarce, los Anchorena, Aguirre, son confinados en buques y pontones.