desde 1900 hasta 1992
la semana trágica
 
 


El ascenso del comunismo al poder, en Rusia, determinaría asimismo el sesgo de una huelga, iniciada a principios de enero de 1919 en los talleres metalúrgicos Vasena. La fábrica fue ocupada por los obreros, acudiendo allí el jefe de Policía Elpidio González en actitud conciliadora, no obstante lo cual los ocupantes desconocieron su autoridad y le quemaron el automóvil. Reaccionó el gobierno, ordenando que la planta fuera desalojada por fuerzas militares, que cumplieron su tarea, quedando 4 obreros muertos y 20 heridos a raíz del tiroteo suscitado.


El entierro de las víctimas resultó multitudinario y derivó en graves disturbios. Ardieron la fábrica Vasena, un asilo de religiosas y una iglesia. Se volcaron tranvías y se alzaron barricadas en las calles. Todas las actividades se paralizaron, en parte debido a la huelga general decretada por las centrales obreras, en parte por el temor que se extendió entre la población. Fue establecido el estado de sitio, aguardándose un estallido impulsado por los “maximalistas”, que así se les decía a los comunistas bolcheviques. La “Liga Patriótica”, fundada por Manuel Carlés, participó en la represión empuñando las armas. Por fin, el ejército restableció el orden. Se alude a esta conmoción como “La Semana Trágica”.


Documentación capturada demostró que tales tumultos fueron coordinados por las Internacionales, para instaurar “soviets” en Buenos Aires y Montevideo, simultáneamente con los establecidos en Berlín, Munich y Budapest. Al mismo tiempo, Lenín abandonó la II Internacional y creó la III, que es la Internacional Comunista (abreviada en ruso como “Komintern”), de la cual dependerá el Partido Comunista local. éste, efectivamente, acató sus “21 condiciones” en diciembre de 1920.