desde 1900 hasta 1992
Revolución del 30
 
 

La conspiración se gestaba desde tiempo atrás. El general Dellepiane, jefe de policía, informó sobre su progreso sin que el gobierno le prestara mayor atención. Uriburu, cuyos movimientos eran vigilados por la policía, había desaparecido durante los días previos al 6 de septiembre. Reaparece al frente de una columna formada por cadetes del Colegio Militar, que se encamina hacia el centro de Buenos Aires en horas de la mañana. Unos pocos efectivos de Campo de Mayo, la base aérea de El Palomar y algunos buques de la Armada están plegados al movimiento. Otras unidades se mantienen sin pronunciarase y aún aquéllas que responden al gobierno no parecen dispuestas a reprimir.


Uriburu y los cadetes marchan por la Avenida Alvear (actual Libertador). Una multitud de civiles se va sumando a ellos. En un terraplén del ferrocarril, los esperan tropas del 1 y 2 de Infantería para cerrarles el paso. Pero no se resuelven a hacerlo y regresan a sus cuarteles. Varios aviones sublevados evolucionan en el cielo claro. El general Agustín P. Justo también se une a la columna de Uriburu, que toma por la Avenida Córdoba y dobla por Callao, rumbo al Congreso. Sobreviene allí un tiroteo. Las ametralladoras disparan contra el Palacio Legislativo y contra la Confitería del Molino, de donde parece provenir el ataque. Hay varios heridos y algunos muertos: entre éstos, 2 cadetes.


El Colegio Militar se dirige enseguida a la sede del gobierno, por la Avenida de Mayo; la Escuela de Comunicaciones, también sublevada, lo hace por Rivadavia. Una bandera blanca flamea en la Casa Rosada. A las 6 y media de la tarde, Uriburu entra en ella. El vicepresidente Martínez, en ejercicio de la presidencia, firma su renuncia.


Yrigoyen, que sigue enfermo, al enterarse de los acontecimientos comenta con picardía: “parece que le han hecho una revolución a este mozo Martínezâ€. Y se traslada a La Plata, dispuesto a resistir. Pero, luego de comprobar que también adhiere al alzamiento el regimiento 7, con asiento en esa ciudad, se constituye ante su jefe y le entrega un papel con su firma que dice: “Ante los sucesos ocurridos, presento en absoluto la renuncia del cargo de presidente de la Nación Argentinaâ€.