desde 1900 hasta 1992
vitalidad religiosa
 
 

En octubre de 1934 se lleva a cabo en Buenos Aires el XXXII Congreso Eucarístico Internacional. Como Legado Pontificio acude el cardenal Eugenio Pacelli, secretario de Estado de la Santa Sede y futuro Papa Pío XII. En los jardines de Palermo, cubriendo el Monumento de los Españoles, se levanta una cruz colosal, de 35 metros de altura, al pie de la cual se desarrollarán muchos de los actos previstos.


El Congreso Eucarístico del 34 significó un hito en la vida espiritual argentina. Determinó, en efecto, el afloramiento súbito de un fervor que, hasta entonces, no se había revelado con esa magnitud y que dejaría profunda huella en el alma nacional. Sus momentos más trascendentes se vivieron con motivo de la comunión de hombres, celebrada en la noche del 11. Durante horas y horas, en plena calle, innumerables sacerdotes confesaron a miles de varones y, más tarde, les dieron la comunión hasta el amanecer, en los 4 altares dispuestos junto a la Pirámide de Mayo. También resultó imponente la ceremonia de clausura, realizada bajo la lluvia y al amparo de aquella cruz enorme erigida en Palermo, calculándose que participó en ella un millón de personas.


La manifestación de vitalidad religiosa que significó el Congreso Eucarístico ya había comenzado a registrarse en el plano cultural, reducida a la inciativa de un grupo compuesto por hombres dotados con notables condiciones intelectuales y resueltos a profundizar los conocimientos que daban sustento a su condición de creyentes. Así aparecieron, en 1922, los Cursos de Cultura Católica, cuyos promotores inciales fueron Rafael Ayerza, Juan Antonio Bourdieu, Tomás D. Casares, Faustino Legón, Samuel W. Medrano, Atilio Dell Oro Maini, Eduardo Saubidet Bilbao, Uriel O’Farrell y Octavio M. Pico Estrada. Tuvieron su primera sede en la calle Alsina 553. A esos nombres, con el paso del tiempo, se sumarían otros que alcanzarían resonancia: Santiago y José María de Estrada, César Pico, Juan Carlos Goyeneche, Mario Pinto, Ignacio B. Anzoátegui, Máximo Etchecopar, Mario Amadeo, Héctor Llambías, Felipe Yofre, Fernando Cullen, Leopoldo Marechal, Juan Antonio Spotorno, Juan Antonio Ballester Peña, Osvaldo Dondo, Miguel Angel Etcheverrigaray, Rafael Jijena Sánchez... Invitados por los Cursos, visitaron el país Jacques Maritain, Tristán de Athayde y Garrigou Lagrange. Imprimieron y difundieron publicaciones sumamente valiosas, correspondiéndole papel fundamental en ese menester a Enrique Lagos.


Asimismo, ocupa un lugar destacado en tales tareas de formación católica la revista Criterio, que dirige Dell’Oro Maini y que cuenta entre sus redactores a varios de quienes aprenden o enseñan en los Cursos de Cultura Católica.