desde 1900 hasta 1992
primer gobierno de Perón
 
 

El nuevo gabinete quedó así formado: Angel G. Borlenghi, gremialista (Interior); Juan Atilio Bramugila, abogado laboralista (Relaciones Exteriores); Ramón A. Cereijo, contador (Hacienda); Belisario Gache Pirán, ex-fiscal federal (Justicia e Instrucción Pública); Juan Pistarini, general (Obras Públicas); Juan Carlos Picazo Elordy, estancieron con antecedentes estudiantiles socialistas (Agricultura); José Humberto Sosa Molina, general (Guerra); Fidel Anadón, capitán de navío, que fuera director de la Escuela de Mecánica de la Armada cuando el tiroteo suscitado al paso de la columna sublevada en junio del 43 (Marina).


Muchos serían los gabinetes que acompañarían a Perón durante sus gobiernos. Pero, sobre todo, el número de las carteras sería ampliado paulatinamente, perdiendo así importancia la figura de aquellos ministros que los compusieron, a quienes se sumarían incontables secretarios y subsecretarios de Estado. Es por ello que, de aquí en más, omitiremos la mención detallada de los mismos, citándolos solamente cuando, por una razón u otra, se justifique hacerlo.


José Miguel Francisco Luis Figuerola –“el gallego Figuerolaâ€â€“, un español franquista, dotado de notable aptitud para la planificación, le preparó a Perón el esquema de una acción de gobierno con fuerte acento social y marcadamente estatizante, tal como era de rigor por entonces. Su proyecto, ensamblado con las propuestas pragmáticas de Miranda, dio origen al “Primer Plan Quinquenalâ€, aprobado en octubre de 1946.


Las exportaciones de carne y granos realizadas por la Argentina, durante los años de guerra, la habían transformado en acreedora de los países involucrados en el conflicto, especialmente de Gran Bretaña. Lo cual le otorgaba una disponibilidad de divisas que fue apenas teórica, ya que las naciones deudoras establecieron que el importe de sus pagos sólo podía emplearse para saldar obligaciones contraídas en la misma moneda con que se efectuaban y que, por eso, resultaba “inconvertibleâ€. De modo que la Argentina se veía forzada a consumir su crédito en libras esterlinas adquiriendo mercaderías inglesas y a invertir su crédito en dólares, comprando productos norteamericanos. Con un inconveniente suplementario: la escasez de posguerra determinó que gran cantidad de materiales fueran declarados “críticosâ€, estando vedado al país obtenerlos. Pese a hallarse imperiosamente necesitado de recomponer y ampliar su escaso parque industrial, obsoleto a la sazón.


Esta situación, unida al tono nacionalista que impregnó la gestión de Perón en sus primeros tramos, lo decidió a emplear buena parte de las divisas disponibles en comprar los ferrocarriles, los tranvías, algunas líneas de transporte terrestre y la compañía de gas a los ingleses, como así también la Unión Telefónica a un consorcio internacional con mayoría británica. Seguramente tales adquisiciones resultaron un mal negocio, pues su precio fue elevado, el material comprado debía renovarse urgentemente y, en algunos casos, las concesiones respectivas estaban por vencer. Sin embargo, fueron recibidas con entusiasmo, ya que los argentinos entendieron que había llegado la hora de manejar, por sí mismos, servicios que tenían indiscutible incidencia en la economía nacional.


Unos cuantos buques, retenidos en nuestros puertos por el bloqueo alemán, habían sido comprados durante la presidencia de Castillo; Perón les agregó los de la compañia Dodero –ex Mihanovich–, para formar las Flota Mercante del Estado. Se organizaron asimismo líneas aéreas, entre ellas FAMA, que daría origen a “Aerolíneas Argentinas†y que efectuaba vuelos internacionales. Se construyeron diques y centrales eléctricas. Se inició la explotación del carbón de Río Turbio, tendiéndose un ferrocarril que cruzó la Patagonia, desde el yacimiento hasta Río Gallegos. Se tendió a marchas forzadas un gasoducto, que en ese momento fue el más largo del mundo. Se levantaron enormes policlínicos y barrios obreros.


El Banco Hipotecario Nacional dio crédito para la vivienda, barato y a largo plazo. Se equipó a las Fuerzas Armadas con material moderno. Y se edificó el aeropuerto de Ezeiza, bautizado “Ministro Pistarini†en homenaje al dinámico general que llevó adelante la obra.


Por otra parte, a poco de asumir, Perón dispuso enviar cargamentos de trigo a los países hambreados por las privaciones que imponía la posguerra. En el caso de España, esa ayuda resultó generosa y prestada a despecho de las sanciones impuestas por los aliados vencedores al régimen de Franco, lo cual les valió al presidente y a su mujer la inalterable gratitud de los españoles, que no olvidaron el gesto.


Paralelamente a estas realizaciones, el gobierno peronista generalizó el efectivo pago del “aguinaldo†recientemente establecido, transformó el sábado en día no laborable, desarrolló el sistema previsional e hizo de la CGT (Confederación General del Trabajo) una organización poderosa, vertical y naturalmente oficialista, cuyos representantes ocuparon carteras ministeriales, escaños parlamentarios y cargos diplomáticos.


En 1949 se reformó la Constitución Nacional, adaptándola a la “era justicialistaâ€. Tal reforma incluyó la garantía de los “Derechos del Trabajador, la Familia, la Ancianidad y la Culturaâ€, más bien retóricos; el “estado de prevención y alarmaâ€, asimilable al estado de sitio y que facilitaba al gobierno la represión en caso de revoluciones o conmoción popular. Y dispuso que serían propiedad inajenable del Estado Nacional “los minerales, las caídas de agua, los yacimientos de petróleo, de carbón, de gas y las demás fuentes naturales de energíaâ€, como así también los servicios públicos. Pero, sobre todo, estableció la posibilidad de que el presidente de la República fuera reelecto al concluir su mandato, abriendo de ese modo el camino para una segunda presidencia de Perón.


Las “nacionalizaciones†de empresas extranjeras, la importante obra pública realizada, el desequilibrio fiscal y la mala administración de los grandes entes estatales creados, unido todo ello a graves dificultades para colocar las exportaciones argentinas, determinaron el comienzo de un período de inflación y el crecimiento de la deuda externa, pasando el país de ser acreedor a deudor. Cosa que trajo como consecuencia el relevo de Miranda y su reemplazo por Alfredo Gómez Morales, quien iniciaría una política de contención del gasto y de acercamiento a los organismos que regulaban el crédito internacional.