desde 1900 hasta 1992
azules y colorados
 
 

El 18 de septiembre de 1962 estalla finalmente el conflicto entre “azules” y “colorados”, que ya ha tenido manifestaciones circunscriptas. Los nombres que distinguen a ambos bandos derivan de los que se aplican a los bandos enfrentados, en las maniobras militares o en los ejercicios tácticos realizados sobre la “mesa de arena”. Sólo que esta vez el enfrentamiento no responde a ficciones. Los “gorilas” son ahora “colorados”.


Los “azules” han presentado un petitorio al secretario de Guerra, reclamando cambios de rumbo en la conducción del Ejército. Responde el Secretario, disponiendo el relevo de varios mandos de la Caballería, con asiento en Campo de Mayo. El jefe de este acantonamiento, general Juan Carlos Onganía, resiste los relevos. Y organiza un poderoso dispositivo de defensa en torno al área. Simultáneamente, elementos adictos a los “azules” ocupan una torre de transmisión y comienzan a difundir comu nicados sucesivos, donde explican su posición. Culminarán éstos con el “Comunicado 150”, que ha de ser algo así como el manifiesto del “Ejército Azul”, redactado por Mariano Grondona.


Renuncian finalmente el secretario de Guerra y los comandantes en jefe de las tres Fuerzas. Onganía pasa a serlo del Ejército.


Guido anuncia que se efectuarán elecciones a mediados de 1963 y, para tranquilizar a los antiperonistas, asegura que no se permitirá el regreso a “sistemas totalitarios”.


El brigadier Cayo Alsina se levanta en Córdoba, iniciando una revolución de corte nacionalista que queda limitada a unos pocos elementos de la Aeronáutica, siendo detenido Alsina días después.


Un levantamiento en gran escala tendrá lugar, no obstante, el 2 de abril de 1963. Se aproximan las elecciones –que serán en julio de ese año– y, no considerando suficientemente neutralizadas las posibilidades de que pueda imponerse alguna combinación electoral con ingredientes peronistas, se subleva la Marina. Que cuenta con el posible apoyo de componentes “colorados” subsistentes en el Ejército y que no descarta capitalizar el descontento que persiste en la Fuerza Aérea, proclive a instalar una dictadura de signo opuesto a la que apetecen los “gorilas”.


El enfrentamiento es duro. Y en el mismo juegan papel destacado los blindados que, a la sazón, reemplazan ya a los caballos en el “Ejército Azul”. Dentro de éste, férreamente dirigido por Onganía, tienen papel destacado otros jefes de la Caballería: Alcides López Aufranc, Tomás Sánchez de Bustamante y Julio Alsogaray, hermano de Alvaro. El alzamiento es aplastado. Y los tanques “azules” entran en las instalaciones navales de Punta Indio, donde han producido graves daños. El camino hacia las elecciones queda desbrozado.








Promedia octubre de 1962, cuando Juan XXIII inaugura las sesiones del Concilio Vaticano II.


Al día siguiente, se plantea un conflicto internacional gravísimo. Kennedy anuncia que la Unión Soviética ha emplazado misiles en Cuba que amenazan a los EE.UU. y exige su retiro inmediato. Las jornadas que siguen al anuncio son de gran tensión y las fuerzas militares norteamericanas se aprestan a atacar la isla. Khruschev cede por último y hace saber que los cohetes serán retirados de ella.


El 3 de junio del 63 murió el Papa Juan XXIII. Y el cardenal Montini ocupará el solio pontificio, bajo el nombre de Paulo VI.