desde 1900 hasta 1992
Onganía
 
 

Con la asunción del general Onganía quizá haya tenido comienzo el mejor gobierno que conocería la Argentina en las últimas décadas. Quien lo encabeza es un oficial serio, poco expresivo, nacido en el año 1914, amigo del orden y que hace sentir su autoridad por sola presencia. Usa bigote espeso, partido por una cicatriz, recuerdo según parece de un tacazo recibido jugando al polo. Y está decidido a poner el país al día, sacándolo de la postración que padece pero sin apartarlo de sus mejores tradiciones. Aunque es militar y alcanza la presidencia impulsado por una revolución, pronto advierte a sus camaradas que “no cogobiernanâ€. Llega con intención de quedarse cuanto tiempo sea preciso para coronar las metas que se propone, contenidas en ciertas enigmáticas “carpetas del piso 14†que se alínean en los anaqueles situados en esa planta del Edificio Libertador. Dividirá su gestión en 3 etapas: el “tiempo económicoâ€, el “tiempo social†y el “tiempo políticoâ€. En cuanto al fundamento legal de la acción de gobierno, estará dado por el “Estatuto de la Revolución Argentina†y, subsidiariamente, por la Constitución Nacional.


Nombra ministro de Economía a un hombre práctico, el industrial Néstor Jorge Salimei; a un abogado cordobés, Enrique Martínez Paz, como ministro del Interior; y gobernador de la provincia de Buenos Aires será el general Imaz, aquél que, metralleta en mano, pusiera fin a las cavilaciones de la Junta Militar formada en las últimas horas del gobierno de Perón, siendo radiado después del 13 de noviembre.


De entrada, Onganía disuelve los partidos y prohibe toda actividad política. Visita Tucumán en el mes de julio y tiene allí un entusiasta recibimiento popular.


El empuje de la acción oficial, en sus comienzos, es revelado por un hecho nimio pero ilustrativo. Los llamados “carritos†de la Costanera, transformados a la sazón en verdaderos restaurants precariamente autorizados, despachan comidas sin cumplir elementales normas de higiene. Intimados a regularizar la situación, demoran en hacerlo. Una mañana, topadoras de la Municipalidad arrasan con ellos.


Tampoco admite el gobierno que se diviertan a su costa. De modo que clausura la revista Tía Vicenta, dirigida por Landrú (Juan Carlos Colombres) y que hace reír a los argentinos desde que cayera Perón, tomándoles el pelo a las autoridades.


La Universidad que, sorprendentemente, la “Revolución Libertadora†pusiera en manos izquierdistas al proponerse “democratizarlaâ€, es teatro de una incipiente resistencia al nuevo estado de cosas. Se producen algunos disturbios y Onganía no vacila en hacer actuar a la policía que, rompiendo un arraigado “tabúâ€, entra en las casas de estudio durante la que luego se conocería como “noche de los bastones largosâ€. Denominación ésta intencionadamente dramática y exagerada, ya que nada grave ocurrió esa noche, fuera de unos pocos chichones. A raíz del suceso, la FUA (Federación Universitaria Argentina) convocó a una huelga estudiantil que no tuvo eco, manteniéndose la Universidad en paz mientras mandó Onganía.


Rápidamente, por otra parte, ha sido suscripto el acuerdo que regula las relaciones del país con la Santa Sede, al cual ya se hiciera referencia en este libro.


En septiembre, Vandor acude a la Casa Rosada para la firma de un nuevo convenio salarial, que beneficiará a los metalúrgicos. El detalle resulta sugestivo, pues los dirigentes gremiales se abstenían desde tiempo atrás de concurrir allí.


El 28 de septiembre de 1966, un titulado “Grupo Cóndorâ€, que forman entre otros Alejandro Giovenco, Dardo Cabo y Cristina Verrier secuestra en vuelo un avión de Aerolíneas Argentinas y obliga al piloto a aterrizar en las Islas Malvinas, consumando una acción reivindicatoria que alcanza resonancia. El gobierno, sin embargo, no se muestra dispuesto a admitir que le fuercen la mano en materias de su competencia y mete presos a los integrantes del grupo, cuando los ingleses los envían de vuelta.


EE.UU. se encuentra ya definitivamente enzarzado en la guerra de Viet Nam, que le exige el envío de materiales cada vez más abundantes y de efectivos cada vez más numerosos, devorados por su confuso trámite.


Los portuarios van a la huelga aquí, encabezados por Eustaquio Tolosa.


Y está en marcha el plan destinado a transformar la economía de Tucumán, cerrando ingenios y facilitando la radicación de otras industrias. A la larga el plan no prosperará, reapareciendo los problemas tucumanos, agravados.


A fines del 66, Onganía cambia su ministerio. Guillermo Borda, un jurista destacado, es ahora ministro del Interior; Nicanor Costa Méndez, de Relaciones Exteriores; Adalbert Krieger Vasena, de Economía. Nuevamente nacionalistas y liberales intentarán convivir armónicamente en un gabinete.


Borda introducirá reformas substanciales en el Código Civil; Costa Méndez proseguirá con fortuna las negociaciones en curso sobre las Islas Malvinas y, en enero de 1967, prolongará hasta las 200 millas el mar territorial argentino; Krieger, luego de practicar una fuerte devaluación, mantendrá firmemente la cotización del peso durante toda su gestión. Y, el 1º de enero de 1970, creará una nueva moneda: el “peso ley 18.188â€, equivalente a 100 de los anteriores “pesos moneda nacionalâ€.


Durante 1967, Onganía rechaza una oferta chilena para resolver mediante un arbitraje el conflicto existente respecto a la zona del Canal de Beagle, considerando que acceder resultará perjudicial al interés nacional.


Las relaciones con la CGT son cambiantes. Hay enfrentamientos y transacciones entre ella y las autoridades. Ante otro “Plan de Lucha†aprobado por la Central Obrera, se llega a una formal ruptura, que pronto quedará sin efecto. Poco después de la revolución, el diario franquista Arriba informó que Perón la apoyaba, siendo desmentido por éste. Tolosa obtiene apoyo sindical extranjero para la huelga portuaria. Y el gobierno termina por procesarlo. Lo cual no impide que Onganía se reúna en la quinta presidencial de Olivos con dirigentes gremiales, durante una cena restringida y cordial que tuvo lugar en enero del 68.


En setiembre de 1968 Onganía anuncia que llamará a elecciones una vez que haya modernizado el país. Y el almirante Rojas reclamará una pronta salida electoral.


También en septiembre del 68 son capturados algunos guerrilleros que operan en Taco Ralo, Tucumán, y que responden a Envar El Kadre. Han sido entrenados en Cuba, son marxistas y se presentan como peronistas. Es una de las manifestaciones iniciales del drama que ensangrentará al país, mediante una escalada que culminará al promediar la década de los ’70.


Robert Mac Namara, ex funcionario del gobierno norteamericano y presidente a la sazón del Banco Mundial, declara que los créditos que otorgue ese organismo estarán condicionados a que las naciones que se beneficien con ellos apliquen planes destinados a restringir la natalidad. Días después, en una reunión de Ministerios de Salud del Hemisferio, Onganía manifiesta que contar con una población numerosa es una bendición para los países.


En enero de 1969, el presidente coloca la piedra fundamental del enorme complejo hidroeléctrico Chocón-Cerros Colorados, que se construirá durante su gobierno. En diciembre, se inaugura el túnel subfluvial Paraná-Santa Fe, iniciándose también por entonces los trabajos del puente que une Barranqueras (Chaco) con Corrientes, proyectado en 1963 y que inaugurará Lanusse. No hay inflación. Llegan créditos del exterior para obras de infraestructura. Ha habido aumentos de salarios. El sistema previsional funciona y, dentro de él, las Cajas de Subsidios Familiares otorgan asignaciones acordes con la política oficial, encaminada a poblar la Argentina con argentinos.


En consonancia con el pedido formulado por la Virgen María, en sus apariciones de Fátima, Onganía le consagra la República, marchando peregrino a Luján.








El “Che” Guevara ha invitado a crear “muchos Viet Nam” en el continente. Consecuente con ello, organiza la guerrilla insurreccional en Bolivia y allí lo matan, en octubre de 1967.


En junio de ese año Israel aniquila a sus enemigos egipcios y árabes en la “Guerra de los Seis Días”.


Racing se consagra campeón mundial de clubs, derrotando en Montevideo al Celtic de Glasgow por 1 a 0, con gol de Cárdenas.


Entrado el 68, tienen lugar en París los caóticos sucesos, de características nihilistas, conocidos como “los días de mayo”. El 5 de junio, asesinan a Robert Kennedy en Estados Unidos.


En octubre, le tocará a Estudiantes de la Plata quedarse con la copa del mundo interclubs. Y, en diciembre, Nicolino Locche obtiene el título mundial de los welters, derrotando por abandono a Paul Fuji en Tokio.


Con apoyo del gobierno, YPF y el Automóvil Club Argentino, Carlos Alberto Reutemann inicia su campaña en circuitos europeos, corriendo aún coches de la Fórmula 2 Internacional.