desde 1900 hasta 1992
Levingston
 
 

La Junta de Comandantes en Jefe, donde gravita Lanusse con peso excluyente y que completan el almirante Gnavi y el brigadier Rey, resuelve colocar en la presidencia de la República al general Roberto Marcelo Levingston. Las condiciones profesionales de éste son apreciadas por sus camaradas, pero su nombre es absolutamente desconocido por la opinión pública. Viaja desde Washington, pues allí cumple funciones en la Junta Interamericana de Defensa, asumiendo el 18 de junio. Lo hace en medio de un extendido desconcierto, ya que la gente aún se interroga respecto a los trasiegos cuarteleros que determinaron el alejamiento de Onganía. E inicia su gestión en condiciones harto precarias, por cuanto su autonomía de vuelo está totalmente limitada por Lanusse, ocasional Gran Elector del “partido militarâ€. Quien no vacilará en voltearlo apenas Levingston amague cortarse solo. Lanusse tiene en efecto experiencia al respecto: luego de conspirar contra Perón en 1951, participó en el derrocamiento de Lonardi –pese a ser responsable de su custodia como jefe de Granaderos– y acaba de deponer a Onganía, que lo había designado comandante en jefe del Ejército.


Levingston intentará, no obstante, actuar con prescindencia de esa tutoría y gobernar del modo que estime más conveniente. No habrá de lograrlo.


Fuera del ámbito militar y, más concretamente, fuera del ámbito de Ejército, tan poco conocida era la figura del general Levingston (un oficial brillante, por otra parte) que –según lo recuerda Félix Luna–, el día de su asunción resultó necesario hacer circular entre el periodismo una gacetilla, conteniendo los antecedentes del flamante presidente, acompañados por una fotografía suya.


El 1º de julio, escuadras guerrilleras ocupan la localidad cordobesa de La Calera. La operación es obra de “Montonerosâ€, organización subversiva que tendrá larga actuación en la Argentina y que se presenta como “formación especial†del peronismo. Si bien desde sus mismos comienzos responderá a la dialéctica marxista, contándose entre sus fundadores militantes comunistas y algunos jóvenes que se han instruido en ella a través de la versión que les suministra el llamado “progresismo†católico. Progresismo que alimenta al movimiento “Sacerdotes para el Tercer Mundoâ€, muy activo en su prédica a la sazón, que será finalmente conocida como “Teología de la Liberaciónâ€.


Controlada la situación en La Calera y apresados algunos guerrilleros que han participado en los sucesos, se descubre en su poder documentación que los vincula con el secuestro de Aramburu. A partir de ello, avanzará rápidamente la investigación del mismo.


El 27 de agosto, la guerrilla se vuelve a hacer presente: ese día matan de 14 balazos a José Alonso, ex Secretario General de la CGT, peronista. Al mes siguiente, fuerzas policiales abaten durante un tiroteo, en William Morris, a dos de los responsables de la muerte de Aramburu: Abal Medina y Ramus. Días después, confirma su entrada en escena el ERP (“Ejército Revolucionario del Puebloâ€), brazo armado del PRT (“Partido Revolucionario de los Trabajadoresâ€), originariamente trotskista y ya castrista que, de allí en más, tendrá participación destacada en la ofensiva terrorista que sufre el país: no pretende disimular bajo ninguna cobertura su carácter marxista y operará en relación directa con La Habana e indirecta con Moscú. El 18 de septiembre, elementos del ERP ocupan una comisaría en Rosario y asesinan a dos policías.


En octubre, el general Juan José Torrez asume la presidencia en Bolivia, luego de ganar las elecciones impulsado por un frente de izquierdas. Luis Federico Leloir recibe el Premio Nobel de Química. Y, el 30 del mismo mes, Levingston coloca la piedra fundamental del complejo Zárate-Brazo Largo. El 1º de noviembre muere en Francia el general De Gaulle. Cuatro días después, Salvador Allende, marxista, inicia su mandato como presidente chileno. En la noche del 7, Carlos Monzón se consagra campeón mundial de los medianos, derrotando por KO a Nino Benvenutti, en Roma.


Finalizaba ese año cuando, el 29 de diciembre, la guerrilla ataca un puesto de guardia en la residencia presidencial de Olivos, muriendo un suboficial a consecuencias del ataque. Años después, en un reportaje hecho por Gabriel García Márquez, para la revista italiana L’Expresso, Mario Firmenich se jactaría de haber asesinado a ese policía, precisando que se había acercado a él disfrazado de cafetero.


Mientras tanto, Levingston ha sustituido a Carlos Moyano Llerena por Aldo Ferrer en la cartera económica. Tiene éste ideas “desarrollistasâ€, se mueve con cierta audacia y propicia el dictado de la ley de “Compre Nacionalâ€, para “argentinizar la economíaâ€. Políticamente, Levingston viene estableciendo contactos con sectores “neoperonistasâ€, se ha reunido con Frondizi y Guido, visitando asimismo en su domicilio al ex presidente Farrell. La guerrilla actúa intensamente. Mata policías a mansalva, secuestra empresarios, coloca bombas, asalta Bancos. En uno de sus atracos, consumado en Córdoba, obtiene un enorme botín. José Camilo Uriburu, designado interventor de esa provincia, pronuncia un discurso explosivo, donde califica a las escuadras subversivas como “víbora de cien cabezasâ€; sobrevienen disturbios, que los cordobeses denominarán “el viborazoâ€, y Uriburu renuncia al poco tiempo. Los partidos políticos se unen en “La Hora del Puebloâ€, para presionar al gobierno exigiendo rápidas elecciones.


A principios de marzo, Levingston desplaza de su gabinete a Francisco Manrique, ministro de Bienestar Social y hombre de Lanusse. éste se apresta a entrar en acción. Levingston, conforme a un mecanismo que se ha vuelto casi rutinario, lo releva de su cargo de comandante en jefe. Al día siguiente cae Levingston, elevado a la presidencia de la Nación y derribado de ella por Lanusse. Que sincera las cosas sentándose personalmente en el sillón de Rivadavia. Presta juramento el 26 de marzo de 1971. Levingston ha sido presidente siete meses y pico.











El 16 de julio aparece el cadáver de Aramburu en el sótano de una chacra, ubicada cerca del pueblo bonaerense de Timote. El general ha sido asesinado por “Montoneros” el 1º de ese mes, luego de someterlo a una parodia de juicio, donde se lo responsabiliza por los fusilamientos de junio del 56. Tiempo después, en una publicación “montonera” que se venderá libremente en los kioscos, aparecerá un relato minucioso del secuestro, “juicio” y “ejecución” de Aramburu, contados por sus autores. En la siniestra operación (identificada en clave como “Operativo Pindapoy”), intervinieron los siguientes terroristas: Fernando Luis Abal Medina (a) “Germán”, quien ofició de verdugo; Esther Norma Arrostito de Roitvan (a) “Irma” o “Gaby”, amante de Abal Medina, al que conociera en Cuba; Nora Nélida Arrostito de Maguid, hermana de la anterior; Emilio Maza (a) “El Gordo”, abatido en La Calera; Mario Eduardo Firmenich (a) “Manuel”; Carlos Gustavo Ramus (a) “Alejandro”, dueño de la chacra de Timote; Carlos Raúl Capuano Martínez (a) “Miguel Angel” o “Luis”; Ignacio Vélez (a) “Mateo”; Susana Liprandi de Vélez (a) “Cecilia”; José Sabino Navarro (a) “José Luis” y Carlos Molina (a) “Beto”. Como uno de los inspiradores del grupo ha actuado el sacerdote “tercermundista” Alberto Carbone. El general murió con gran dignidad.