Cinco años en Buenos Aires /1820-1825 Por un inglés
Prefacio
 
 
En una época en que las ricas y fértiles provincias sudamericanas son objeto de un estudio cada vez mayor por el comercio, cuando sus riquezas y ventajas fundamentan constantemente nuevas especulaciones y cuando, al amparo de las seguridades que ofrecen a las personas y sus bienes las instituciones liberales de un gobierno libre e independiente, las comunicaciones con estas provincias se hacen cada vez más extensas, todo cuanto nos ponga al corriente de los asuntos locales, costumbres, modalidades y pueblos no puede sino ofrecer el mayor interés.

De estas provincias, la que es objeto de las siguientes observaciones está lejos de ser la menos importante. Sin detenernos en la feracidad del suelo y la bondad del clima, las perspectivas que presenta Buenos Aires desde un punto de vista comercial, formando, como lo hace por su situación, un centro de comunicaciones con todo el interior de este vasto continente, hará que sea siempre un objeto de considerable importancia para una nación mercantil como Inglaterra. Ni es menos interesante al político y al filántropo. Hay que reconocer a Buenos Aires el mérito de haber dado a las demás provincias el noble ejemplo de romper las cadenas que la ataban a una madre despótica, cuya política egoísta la había mantenido durante largo tiempo aprisionada bajo el más espeso velo de ignorancia y degradación, impidiéndole cualquier comunicación con el resto del mundo, a fin de poder cosechar las ventajas exclusivas de los tesoros con que la dotó la naturaleza. No sólo se contentó Buenos Aires con dar este ejemplo, pues en cuanto estuvo segura de su propia independencia, nunca cesó de alentar y ayudar a los demás estados para que se librasen del mismo yugo degradante.

Es cierto que obras anteriores han arrojado mucha luz sobre estos países, y el tema que me ocupa aquí fue tratado por plumas mucho más hábiles que la mía; pero, además de lo costosas que son esas obras, lo que las hace inaccesibles a muchos lectores, el tema es tan nuevo, y abarca un campo tan amplio de investigaciones, que aún quedan abundantes cosechas para los nuevos labradores. Por haberme limitado a tratar un solo lugar de este vasto territorio, pude dar detalles más exactos sobre muchas cosas que fueron pasadas por alto por los escritores anteriores; y, finalmente, por haber vivido en el país que fue tema de estas observaciones durante los últimos cinco años, no fueron mis medios de observación ni escasos ni limitados.