Tomas Falkner en el Pago de los Arroyos
El Pago de los Arroyos
 
 

La ribera occidental del Paraná, desde la desembocadura del Carcarañá hacia el Sur, es un sector de la cuenca del Plata hacia donde corren varios ríos y múltiples arroyos, grandes y pequeños. Su entrotierra forma parte del Sur de la provincia de Santa Fe y Norte de la de Buenos Aires, región tempranamente denominada Pago de los Arroyos, y recordada hasta hoy por la ciudad de San Nicolás de los Arroyos, como lo fuera, alguna vez nuestra ciudad: Rosario de los Arroyos. Estos son, de norte a sur, el río Carcarañá, y los arroyos San Lorenzo, Ludueña, Saladillo, Frías, Seco, Pavón y del Medio. Ya en la provincia de Buenos Aires, a continuación del arroyo limítrofe, encontramos el Ramallo y la Cañada de las Hermanas, antiguo limite sur del Pago. Más allá, el río Arrecifes y el Areco, y luego, vertiéndose ya sobre el Río de la Plata, el río Lujan.



a. Tentativas de poblamiento en el siglo XVI.


A partir de la despoblación de la primera Buenos Aires que instalara don Pedro de Mendoza, el poblamiento del vasto litoral del Paraná fue empresa lenta y dificultosa. Arraigado el núcleo hispano en la Asunción del Paraguay que fundara Juan de Salazar en 1537, de este corazón de América bajará Juan de Garay en 1573 para fundar Santa Fe y luego, en 1580, repoblar Buenos Aires. Simultáneamente Jerónimo Luis de Cabrera vendrá desde el noroeste para fundar Córdoba, también en 1573. Entre estos tres vértices y limitado al este por el Paraná, quedará enmarcada la comarca de Los Arroyos, y será obra lenta del tiempo su poblamiento.


Junto a la sólida fundación de estos tres vértices, cuatro tentativas, destinadas al fracaso deben ser mencionadas: la de Sebastián Gaboto al fundar el Fuerte de Sancti Spiritus (en el actual puerto Gaboto), en 1527; la de Juan de Ayolas al fundar el Fuerte de Corpus Christi (al sur de la actual Coronda); la de Mendoza al fundar el Fuerte de la Buena Esperanza, en 1536, a cuatro leguas de Corpus Christi (actual Puerto Aragón, Barrancas). Este último quedó a cargo de Francisco Ruiz Galán, en ocasión de volverse a España don Pedro de Mendoza, en 1537. Ese mismo año llegó al Fuerte Domingo Martínez de Irala y constató su despoblamiento. La cuarta tentativa, esta vez derivada de la acción pobladora de Jerónimo Luis de Cabrera, es la llegada de las tropas exploradoras de Don Lorenzo Suárez de Figueroa, al lugar que recibió el nombre de Pago de don Lorenzo, luego convertido en San Lorenzo, acción que posibilitó a Cabrera, el fundador de Córdoba de la Nueva Andalucía, la toma de posesión de estas tierras y la teórica fundación del Puerto de San Luis de Córdoba, en el lugar que dijeron haber estado la fortaleza de Gaboto. Al bajar Juan de Garay a estas latitudes, el pleito por la posesión de estas tierras entre las dos corrientes colonizadoras dirimióse en favor de Santa Fe.


Este don Lorenzo, que dejara su nombre al famoso pago inmortalizado andando el tiempo por San Martín y sus granaderos, era hijo de Luis Ponce de León y de Catalina de Cabrera, y había nacido en Llerena, Badajoz, España, en 1530. A la sazón era alférez general de Jerónimo Luis de Cabrera. Llegó al Paraná el 18 de septiembre de 1573 en la empresa de fundar el puerto de San Luis de Córdoba. Barco Centenera, en su poema "La Argentina" lo refirió en los siguientes versos:


más dejan los de Córdoba fijada,


por señal una cruz de su llegada.


Garay quitó la cruz de aquel asiento


do quedó por Cabrera levantada


que sabe que es su intento y fundamento


dejar la posesión allí tomada.


En 1581 fue don Lorenzo gobernador de Santa Cruz de la Sierra, donde su nombre se vincula a los orígenes de la paleontología americana, como luego veremos. Falleció en la Audiencia de Charcas en 1595.


Don Lorenzo lleva el apellido de una ilustre familia española que ha dejado muchos nombres en el recuerdo. El primer Lorenzo Suárez de Figueroa es el Maestre de Santiago nacido en Badajoz en 1420, general, diplomático y 1er. Conde de Feria. El 2° Conde de Feria es un Gómez Suárez de Figueroa. El 4° conde de Feria, Pedro Fernández de Córdoba, tuvo un hermano que tomó por nombre nuevamente Gómez Suárez de Figueroa (Bajadoz, 1514 - El Escorial, 1571) y que fue 1er. Duque de Feria. Otro Lorenzo Suárez de Figueroa, nacido en Badajoz en 1526, 1° marqués de Villalba y 2° duque de Feria, fue diplomático y embajador en Roma. Otro Gómez Suárez de Figueroa nacido en Badajoz en 1584, 1° conde de Zafra y 3° duque de Feria, es el autor de "Praxis eclesiasticae et secularis...". Lorenzo Suárez de Figueroa y Córdoba, nacido en Badajoz en 1559, fue virrey de Italia. Otro Gómez Suárez de Figueroa (Guadalajara, 1587 - Munich, 1634) fue embajador en Roma y virrey en Valencia. El doctor Cristóbal Suárez de Figueroa, nacido en Valladolid a mediados del siglo XVI y muerto después de 1621, es el poeta y escritor autor de "El pastor Fido", "Plaza universal de todas ciencias y artes", "España defendida", y "Hechos de D. García Hurtado de Mendoza". Por último. Diego Suárez de Figueroa, fallecido en 1743, es el autor del Comentario de Ovidio, en doce tomos y de la "Historia de Badajoz".


Curiosamente, el Inca Garcilaso de la Vega usó en España el nombre de Gómez Suárez de Figueroa, que le correspondía por sus tíos. Ello es así por cuanto los Suárez de Figueroa estaban emparentados con los Vargas, con los López de Mendoza, con los Manrique, familias que dieron los ilustres poetas marqués de Santillana, Garcilaso de la Vega y Jorge Manrique.



b. Vaquerías y asentamientos rurales en el siglo XVII.


En el siglo XVII las extensas llanuras del Pago de los Arroyos, en las que se multiplicaba y diseminaba el ganado cimarrón, fueron siendo ocupadas en propiedad por hacendados y encomenderos. Los núcleos poblados fueron preferentemente los alrededores de las desembocaduras.



1ª. Sección: del Carcarañá hasta el arroyo Salinas (Ludueña)


Estas tierras formaron parte de la merced del hacendado Antonio Vera Mujica (1666 - Santa Fe, 1731), hijo del general Antonio Vera y Muxica (Santa Fe, 1620 - Asunción del Paraguay, 1691), quien, en premio por haber recuperado la Colonia del Sacramento en la campaña de 1680, fue designado primeramente gobernador del Tucumán y luego gobernador del Paraguay. A su hijo, el hacendado, se lo nombró alcalde de la Santa Hermandad en la campaña y el 9 de abril de 1682 adquirió tierras que fueran de Cristóbal Martín de Betancourt.


Posteriormente Bartolomé de Salinas adquirió hacienda y derecho y acción de ganado cimarrón en la región del pago de Don Lorenzo, hasta el arroyo que tomó su nombre.



2ª. Sección: desde el arroyo Salinas hasta La Matanza


Se llamó La Matanza el paraje situado entre los arroyos Frías (antes del Animal) y Seco, en razón de haber ocurrido allí la emboscada donde hallaron la muerte Juan de Garay y cuarenta soldados.


Esta sección fue el área de la merced otorgada en 1689 al capitán Luis Romero de Pineda, en pago de servicios prestados a la corona. En ella, limitada por el arroyo Salinas y La Matanza, se estableció la estancia La Concepción, al sur del actual Rosario. Posteriormente, Santiago Montenegro y su mujer Bernarda Farías, nieta de Ludueña, se instalan en el ángulo NE de La Concepción.



3ª. Sección: desde La Matanza hasta el arroyo Ramallo


Esta sección constituyó la merced de Alonso Fernández Montiel, obtenida en 1635. Entre los años 1645 y 1651 se estableció hacia el actual Arroyo del Medio, Cristóbal Martín de Betancourt, descendiente, como los tantos de su apellido destacados en Colombia, México y Cuba, de aquel Juan, señor de Bethencourt, caballero normando, aventurero, descubridor y conquistador, designado por el rey Enrique III de Castilla, "señor de las Islas Canarias" a principio del siglo XV. Posteriormente se instalaron allí Tomás de Gayoso, heredero de Fernández Montiel, hasta 1681, y en 1682 la propiedad pasa al Maestre de Campo Antonio de Vera Mujica.


Como se aprecia, los alrededores del Carcarafiá y Pago de San Lorenzo; la región que se extiende entre los arroyos Salinas (Ludueña) y Seco, y la que abarca desde este último hasta la cañada de las Hermanas, fueron los tres núcleos de los asentamientos rurales del siglo XVII.



c. Estancias y centros urbanos en el siglo XVIII.


1. Invasiones y éxodo.


El siglo XVIII comienza con el recrudecimiento de las invasiones de los indígenas del Chaco. El 17 de noviembre de 1706 los abipones se acercaron a Santa Fe. En 1710 Antonio Vera y Muxica encabezó una expedición punitiva. En 1714 fue atacado el fuerte del Rincón, en el río Colastiné. Se produjo entonces un éxodo general de pobladores al sur, hacia el Carcarañá y Los Arroyos, llegando incluso hasta Las Hermanas y Arrecifes. En 1718, Antonio Ludueña, después de perder sus bienes, emigra y acampa en el arroyo Salinas, en tierras de González Recio. En 1720 los indios llegan hasta Santa Fe y sucumbe el capitán Alzugaray, padre del cura Ambrosio. En 1724, los indios asaltan Coronda. Al año siguiente, 1725, el capitán Francisco de Frías (muerto en 1748) es designado primer Alcalde de la Hermandad de los Arroyos y pronto establece un oratorio en el arroyo del Animal.


Consecuencia de la presión de los indios chaqueños sobre Santa Fe y Coronda es el éxodo de pobladores hacia el sur. En 1718 no solo Antonio Ludueña y su familia, sino las de Parías, Villarruel y otras acampan a orillas del arroyo de Salinas, que trocará su nombre por el de Ludueña. En esos años, Juan Gómez Recio y otras familias se establecen cerca del arroyo Saladillo.



2. Estancia jesuítica de San Miguel del Carcarañá (1719 - 1767).


En el año 1719 la Compañía de Jesús adquirió tierras del Maestre de Campo Antonio Vera y Mujica situadas entre el Carcarañá al norte y el Salinas (Ludueña) al sur. Estas tierras las había obtenido su padre, en carácter de merced real, en 1656.


En 1730 esta estancia de San Miguel del Carcarañá contaba con 6.000 yeguas, 4.000 muías y 7.000 cabezas de vacunos.


Quince años después, el Provincial P. Bernardo Nusdorffer autoriza el traslado del casco de la estancia, situado en la margen derecha del Carcarañá, frente al actual pueblo de Andino, a San Lorenzo, uno de los puestos de la estancia, situado al sudeste, sobre el Paraná. Pero tres años después, 1748, el nuevo Provincial, P. Manuel Querini, ordena consolidar el casco en su asiento.


Llegamos así al momento de la expulsión de los jesuítas, en 1767. Tras trece años de abandono, los franciscanos entran en 1780 en posesión del resto de las instalaciones, dándoles el nombre de San Carlos del Carcarañá y luego, en 1796, efectúan el traslado a la nueva sede, el Convento San Carlos, en San Lorenzo.



3. Capillas y curatos. Nueva división eclesiástica de las jurisdicciones.


El 15 de abril de 1730 se estableció una nueva división eclesiástica de las jurisdicciones de Buenos Aires y Santa Fe, en virtud de la cual se crearon ocho curatos: seis en el territorio bonaerense y dos en el santafecino. Fueron ellos los de los pagos de Magdalena (Quilmes), La Matanza (Riachuelo), la Costa o Monte Grande (San Isidro), Lujan, Areco y Arrecifes (Baradero), en la jurisdicción de Buenos Aires y los Arroyos y el Paraná, en la de Santa Fe. El viejo Pago de los Arroyos quedó separado en dos por el límite del Arroyo del Medio: el Pago bonaerense al sur, hasta la Cañada de las Hermanas y el Pago santafecino al norte, hasta el Carcarañá. Cada uno de ellos tuvo su capilla: la bonaerense, llamada Capilla de Nuestra Señora del Rosario de los Arroyos, en tierras del capitán Miguel Arias Montiel, a cargo del presbítero Diego de Leiva, la que perduró hasta la construcción de la nueva capilla de Rafael de Aguiar (1746); y la santafecina, o capilla del capitán Domingo Gómez Recio, en el paraje de Romero, actual centro de Rosario, en la que fue designado cura el presbítero Ambrosio de Alzugaray en 1730. A esta capilla se destinaron los ornamentos e imagen traídos del Rosario del Salado Grande y capilla de la Concepción del Pago del Cululú.



4. La estancia La Concepción


En 1689, el capitán Luis Romero de Pineda entra en posesión, en las inmediaciones del arroyo Saladillo, de una merced de tierras que recibió el nombre de La Concepción. El 25 de octubre de 1695 murió el capitán y su hija Juana Romero de Pineda quedó a cargo del área; previendo ésta su fin, en 1702 testó y por este escrito, identificado como "primer testamento", se sabe que existía una atahona (molino harinero) en el lugar. Pasaron los años y Juana hizo un segundo testamento en 1724. Ese año llegó Santiago Montenegro, de 28 años de edad, de quien luego hablaremos. Al año siguiente, 1725, se creaba el cargo, ambulante, de Alcalde de la Santa Hermandad. Mientras tanto, Bruno Mauricio de Zavala fundaba la ciudad de Montevideo. Hacia esa época instalaron sus tolderías los calchaquíes del cacique Tomás de Lencinas. Luego, por orden del gobernador, debieron trasladarse al Paso del Carcarañá, a pocos kilómetros al este de la estancia San Miguel. El 23 de octubre de 1730 es creado el Curato y ocho años después se realiza el padrón de vecinos de la jurisdicción santafecina del Pago de los Arroyos, que consigna 125 pobladores con estancia. El deceso de Juana Romero de Pineda, viuda de Juan Gómez Recio, llegó recién en 1740. Esto marcó el principio del fin de la estancia la que se transfirió en 1741 a Narciso José de Suero, quien comenzó a fraccionarla. En 1742 muere Domingo Gómez Recio, hijo de Juana, en 1743 Francisca Xaimes, mayordoma de la Virgen, y en 1744 el párroco Ambrosio Alzugaray.


En 1745 llega el nuevo cura, presbítero Francisco Antonio de Cossio y Therán, en las vísperas de una nueva época, la del nacimiento de Rosario.



5. Surgimiento de Rosario (1746 - 1757).


En 1746, año que Fernández Díaz considera el inicial de Rosario, un grupo de habitantes, algunos venidos del último rincón del partido, empiezan a construir sus viviendas, dueños de sus solares, y el capitán Santiago Montenegro abre los cimientos y levanta los muros maestros de la primera iglesia parroquial edificada exprofeso.


Transcurridos dos años, al habilitarse el nuevo templo (1748), el número de moradores del núcleo así constituido apenas parece haber aumentado y es recién hacia 1750 cuando toma el ritmo de una villa en vías de perceptible crecimiento. Siete años después, Santiago Montenegro dona los terrenos que hoy ocupan la Iglesia Catedral y la Municipalidad. Es desde los solares que rodean la hoy Plaza 25 de Mayo desde donde Rosario comienza a desarrollarse. Ese mismo año Santiago Montenegro es Alcalde de la Santa Hermandad.



6. Surgimiento de San Nicolás de los Arroyos.


Ya hemos visto la transmisión de la propiedad de estas tierras en el siglo XVII, a partir de la donación de tierras a favor del capitán Alonso Fernández Montiel en 1635.


En 1720, una parte de las tierras, la llamada de "Los Tres Arroyos", fueron vendidas al capitán Francisco Miguel de Ugarte. En 1747 este capitán Ugarte hizo testamento repartiendo las tierras entre sus nueve hijos. A uno de ellos, Juana Paulina Ugarte, casada con Rafael de Aguiar, le correspondieron 2 leguas y 1.333 varas, desde el arroyo Ramallo hasta el Gayoso (Arroyo del Medio).


Estos esposos son los fundadores de San Nicolás, por cuanto el 14 de abril de 1748 donaron los sitios para iglesia, plaza, cementerio y casa parroquial, entre otros.


Rafael de Aguiar comenzó la construcción de una capilla del Señor San Nicolás a su costa y mención. El 13 de julio de ese mismo año 1748, el Cabildo Eclesiástico erige una viceparroquia para el servicio religioso, a instalarse en la capilla particular que Bernardino del Pozo tenía en el arroyo Ramallo, pero en 1754 el Obispo de Buenos Aires dispone que el asiento del vice curato sea la capilla de Aguiar en San Nicolás, la que se inaugura al año siguiente. La parroquia de San Nicolás fue independizada de la de Rosario el 28 de septiembre de 1780.


Horacio José Lencina ha cantado recientemente la empresa fundadora de Rafael de Aguiar:


San Nicolás: devotamente quiero


nombrar al sembrador de tu semilla:


a Rafael de Aguiar, con su capilla


y su visión de augur y de pionero.


Y rendirle mis flores de trovero


a tu vida ilustrísima y sencilla


y a la paz de tu lámpara que brilla


en tu río y tu tierra que venero.


Ciudad de mi querer, loada seas


por tu origen, tus glorias y odiseas,


tus fecundas centurias, tu destino...


Y tus horas hojeando en el recuerdo,


ante la Patria con amor me inclino


al llegar a la Casa del Acuerdo.



7. Surgimiento de Pergamino.


En 1749 ya existía, en este paraje del antiguo pago de Arrecifes, un fuerte con cerca de treinta habitantes, al que hacen referencia los PP. Javier Miranda y Florián Paucke, y que este último describió y dibujó. En 1766 es denominado Guardia. En 1771 fue asiento de una Posta, y por esos años también vice-curato de la parroquia de Arrecifes. En 1776 se construye un nuevo Fuerte. En 1780 es Curato de Pergamino, y en 1784 pasa a ser Partido de Pergamino.



8. Conclusión.


De la presentación y ordenación de estos datos surge la siguiente conclusión:


El surgimiento de centros urbanos en el antiguo Pago de los Arroyos, posteriormente escindido en el bonaerense y el santafecino, fue resultado de una acción deliberada de individuos emprendedores como Santiago Montenegro, fundador de Rosario, y Rafael de Aguiar, fundador de San Nicolás, edificando capillas, donando plazas, distribuyendo solares y trazando calles. Surgió primeramente la iniciativa de la Compañía de Jesús al instalar la estancia de San Miguel del Carcarañá (1719), la que sufrió el imprevisto abandono a raíz del decreto de expulsión de 1767. El casco de la estancia estaba destinado a originar, andando el tiempo, un núcleo urbano. Este surgió, posteriormente en sus cercanías, aunque ya no por obra de los jesuítas sino de los franciscanos. El Convento de San Carlos es el origen de la ciudad de San Lorenzo.


Durante el lapso que duró la vida de San Miguel del Carcarañá surgieron los núcleos urbanos de Rosario, San Nicolás y Pergamino, en torno a capillas, plazas y solares de los iniciales vecinos, hacia los años en que mediaba el siglo XVIII.