La Imagen Olvidada . Rosario Antigua
Testimonios: conclusiones
 
 

Nuestro propósito es mantener en esta tarea una rigurosa objetividad. Para ello se nos hace necesario definir con claridad lo que entendemos por testimonios. Recurrimos a la Enciclopedia.


Testimonio es cuando existe en nosotros una necesidad espontánea de aceptar los conocimientos cuya verdad nos aseguran personas de solvencia moral o científica. Sin el concurso de los demás, del medio social y de la experiencia histórica, nuestro camino en la vida sería penoso y lleno de dificultades, es más, sin el testimonio sería imposible la vida dado que gran parte de nuestro saber proviene del conocimiento ajeno.


El testimonio nos da conciencia de la continuidad histórica de la vida de la Humanidad. Vemos en él el reflejo de cualidades que afectan al hombre en todas las épocas y gracias a él evocamos el pasado, lo incorporamos al presente y nos sirve de guía para el porvenir.


La familia Leiva ofrece su testimonio, comunicado por su descendiente Perla Picabea, sobre la primera imagen de Nuestra Señora del Rosario entronizada por el Padre Alzugaray en la primera parroquia del Pago de los Arroyos. Es sumamente valioso y le da pleno crédito los antecedentes ilustres de la familia que se remontan a los años 1500 cuando Antonio de Leiva era general de Carlos V. Su nieto Diego de Leiva, establecido entonces en estas tierras, fue uno de “Los siete Jefes” que el 31 de mayo de 1580 dieron el primer grito patriótico de libertad contra la dominación española.


Desde esas remotas épocas los Leiva y sus descendientes ofrecen a la comunidad nacional y regional rigurosos ejemplos de honestidad, trabajo, esfuerzo y un gran amor por este suelo. Nunca hubo, desde aproximadamente el año 1775 que son custodia de la imagen de la Virgen, deseos de notoriedad, ambiciones personales, materiales o de cualquier otro tipo, salvo el deseo de conservar con amor esa talla de madera venerada tanto por su dimensión religiosa como histórica.


Es importante remarcar que a la casa de Petrona Leiva de Giménez en Coronda, concurrían numerosas personalidades, algunos por curiosidad histórica, pero los más para elevar sus plegarias ante la imagen de la Virgen. Entre estos últimos se encontraban Manuel Leiva (constituyente de 1853), Nicasio Oroño, Justo José de Urquiza, Pedro de Larrechea, Mariano Quiroga, Juan Tuells, Estanislaos Zeballos, José Gálvez, Gustavo Martínez Zuviría y los religiosos Monseñor Nicolás Grenón, Monseñor Vicente Picabea y los sacerdotes Julián Garcilazo, Patricio O'Shea, otros párrocos de Santa Fe y los infaltables carmelitas.


Concurrir a orar especialmente ante una imagen determinada, lleva consigo el reconocimiento explícito de que esa imagen era verdaderamente “especial” por su relevancia religiosa e histórica.


En el Instituto Cristo Rey de Roldán, tanto su Director Padre José Luis Torres Pardo como todos sus sacerdotes, colaboradores y fieles tienen el sano orgullo de contar en esa entidad con la imagen que le transfirió en custodia Perla Picabea desde 1983 cuyo testimonio valoran con todo respeto.


Imposible no recordar al que fuera Director del Museo Histórico Provincial Dr. Julio Marc. La insistencia del Dr. Marc de contar la valiosa imagen de la Virgen para atestiguar los inicios históricos de la ciudad significa, además de afianzar el prestigio del museo, la implícita creencia del talentoso y estudioso Julio Marc de la real procedencia de esa talla de madera del siglo XVIII que representa a la Virgen Fundadora de la ciudad.


Alejándonos totalmente de cualquier falsa modestia y de toda posición arrogante, sin pretender adueñarnos de la verdad total, expondremos nuestras conclusiones sobre la historia que hemos relatado.


Hemos recorrido todos los lugares donde podrían existir documentos relacionados con el tema, entrevistamos a todas aquellas personas que estaban en condiciones de colaborar, recorrimos pueblos y sitios referenciales sin dejar ningún espacio en blanco. Analizamos todos los testimonios confrontándolos con fechas y circunstancias y conversamos con todos aquellos cuya opinión respetable nos interesaba.


Encontramos sólo aspectos negativos. La ausencia total de documentación en entidades claves, la forzada indiferencia de varios y la deliberada falta de colaboración de unos pocos.


Nuestra opinión objetiva está basada en la fundamentación sobre documentos indiscutibles requeridos por las reglas más rigurosas de la investigación histórica. Dada la característica de la época considerada, la presentación de pruebas documentales se hizo en parte imposible. Sin embargo, nos hemos mantenido dentro de los límites rígidos sobre la materia. También hemos considerado los firmes y válidos testimonios, orales o escritos referidos al tema.


Ante lo expuesto manifestamos como conclusiones:


Siguiendo los lineamientos básicos requeridos por la rígida investigación científica que exige en todo momento documentos válidos indiscutibles que avalen cada uno de los hechos y circunstancias históricas, y a riesgo de exagerar en el cumplimiento de lo expuesto, no podríamos afirmar con absoluta certeza que la imagen actualmente en el Instituto Cristo Rey de Roldán es la imagen que se veneraba en la Capilla del Rosario del Pago de los Arroyos en 1731.


Por su parte, si consideramos los valiosos documentos existentes, el testimonio de una familia cuya integridad está fuera de toda duda, las opiniones válidas de la congregación que hoy custodia la talla como de otras que la solicitaron, el requerimiento del Museo Histórico Provincial, la descripción de la madera y la forma de grabado de la talla, las afirmaciones históricas sobre su origen indígena, entre otras, encontramos un sólido y enorme margen de veracidad en que la imagen actualmente en el Instituto Cristo Rey de Roldán tiene el crédito suficiente para que se la considere como la imagen que se veneraba en la Capilla del Rosario del Pago de los Arroyos en 1731.


Cada uno encontrará en su corazón la verdad sobre este relato histórico que tanto apasiona, interesa y conmueve a los habitantes de la ciudad de Rosario y de su región. Las tinieblas siempre se quiebran y el silencio se rompe cuando agregamos a nuestra inteligencia esa visión de fe que da jerarquía a nuestras ideas, a nuestros afectos y a nuestras obras. Siempre llegará la luz y la verdad resplandecerá.


Un prestigioso magistrado, hoy jubilado, de larga trayectoria en la administración de justicia, nos consideró poseer una sinceridad y objetividad tan respetable como rigurosa y nos aseguró que en el relato familiar como así también por las investigaciones realizadas, que hay evidencias fuertes y determinantes que respaldan la historia que nos ofrece la familia Leiva y sus descendientes.


Carlos Giannone citando a un conocido historiador nos dice: “La historia tiene una respuesta siempre pronta para el que la interroga. No hay situación que no tenga en ella su precedente, su correctivo o su ejemplo para todos los tiempos. Lo difícil no es sacarlas a luz, sino encontrar una nación que tenga bastante juicio y sensatez para oírlas y bastante energía propia para aprovecharlas”.