En torno a la crisis financiera del Noventa
Conclusión
 
 
1- Una vez estudiados los orígenes, desarrollo y consecuencias de nuestra crisis financiera del 90, parece natural formularnos una pregunta: ¿esta crisis sucedió tal como fue presentada y su desencadenamiento se debía totalmente a la incuria o desgobierno de Juárez Celman o respondía a factores extranacionales? Por nuestra parte, creemos que ha sido excesivo y falso adjudicar íntegramente esa crisis al presidente que la padeció, mientras se eluden, omiten o desconocen los condicionamientos mundiales que la desataron en el mundo financiero internacional. Todos los países importantes quedaron afectados por ese problema. El pánico que se originó estaba unido a la política de exportación de capitales sobre los países económicamente dependientes. Pero ese flujo se interrrumpió abruptamente por una crisis del capitalismo financiero mundial. El descenso de los valores de la producción nacional argentina permitió a la banca británica duplicar sus inversiones sin transferir ninguna £. La Argentina advirtió, entonces, la verdad de que, como dijo Kipling, era “más difícil romper nuestros lazos que la vida”. Al cortar Europa la corriente de los préstamos en el lapso 1889-1890, nuestro país tuvo que sostener, como hemos dicho en su momento, un desembolso anual de casi £8.000.000 para el servicio de la deuda externa90. “El derrumbe económico del 1890 se incubó con la expansión jubilosa de 1880. Una década de crecimiento apresurado, febril, de aventuras comerciales y financieras, de negocios [...] produjo la catástrofe"91.

2- AI terminar 1889, la oposición se concentró en los aspectos morales y legales de las medidas financieras adoptadas por el gobierno, pero desde antes de Juárez Celman era bien conocida la corrupción en los círculos comerciales y de especulación”92. Para Terry, “los errores financieros del gobierno de 1885 —es decir, de Roca— determinaron fatalmente la marcha financiera en el futuro”93. Y cuando Juárez Celman asumió la dirección del país era “la hora más grave para las finanzas de la Nación”, afirma Rivero Astengo. En descargo del presidente debe decirse que intentó resolver los problemas heredados, aunque quizá no hubiera acertado en las soluciones''94. En definitiva, la crisis económico-financiera se había iniciado durante la presidencia anterior y su protagonista principal fue el capital extranjero, particularmente el inglés, que resultó beneficiario de la situación. Recuérdese que The Times dijo que la influencia europea era, en gran parte, la responsable de la situación argentina. Mientras el Estado nacional quedó más endeudado aún, el capital inglés se fortaleció tomando en su poder los resortes principales del proceso económico argentino95.

3- Este planteamiento nos lleva a una segunda pregunta: ¿esa crisis, en sí misma, era de tal magnitud en nuestro país como para producir el derrocamiento del presidente de la Nación? También en este aspecto, nuestra respuesta es negativa. Ya sabemos que ese trance no se debía a circunstancias exclusivamente argentinas, pero repercutió en la vida política nacional de ese momento. El país contaba en Londres con un fondo que ascendía a 50 millones oro, producto del arrendamiento de las obras sanitarias (Vid. Nota 62). Con esa suma era posible satisfacer buena parte de la deuda exigida al país. Pero Juárez Celman decidió no continuar pagándola en divisas y ello originó el temor (o terror) de las prestamistas e inversionistas, quienes, entonces, se las ingeniaron para presentar exageradamente desaciertos y caos económico-financiero en el gobierno y señalar al presidente como autor de todas esas calamidades, junto a la corrupción administrativa y financiera, como si ellas hubieran nacido por generación espontánea. Las críticas a las medidas financieras arbitradas por este presidente, también podrían aplicarse —y tal vez en mayor medida— a administraciones anteriores (en especial a la de Roca) y al pensamiento económico de toda esa generación del 80, en la cual se había formado Juárez Celman y casi toda la clase política contemporánea a él. Por otra parte, desaprensivamente el Congreso (con significativa presencia de opositores al presidente) adoptó decisiones que comprometían irresponsablemente los recursos de la Nación. En todo caso, los mismos legisladores fueron cómplices del colapso.

4- Aquellos prestamistas e inversores exageraron la situación argentina, tanto ante el país como ante el mundo. En esta tarea le cupo un papel importante al The Times, de quien era copropietario la Baring, y que, por ese motivo, decía el francés Rouvier, “estaba inspirado políticamente y no era desinteresado”. Para este diplomático todos los hilos se movían desde Londres. Los prestamistas estaban interesados en el derrocamiento del presidente de turno, que se negaba a pagar en oro o en libras esterlinas. Como lo señaló la prensa española, querían la renuncia de Juárez Celman (Vid. Nota 83). A la luz de las fuentes que hemos utilizado pensamos que, en buena parte, el derrocamiento del presidente fue obra de aquellos inversores y prestamistas europeos porque se propusieron remover el obstáculo que se oponía al beneficioso curso de los negocios que realizaban en el país desde los orígenes nacionales sin reparar en la situación financiera mundial y argentina. Querían salvarse de la crisis a costa de la Argentina. Por consiguiente, era necesario derribar al gobierno para cobrar sus intereses y para lograr este objetivo daba lo mismo que el primer mandatario fuera Juárez Celman o cualquier otro. La crisis del 90, repetimos, afectó a todo el mundo capitalista y al no poder escapar de ella la Casa Baring (principal acreedora de nuestro país) arrastró también a la Argentina. Esa entidad fínanciera pretendió que nuestro país la salvara de la quiebra, exigiéndole el pago de las deudas, no obstante haber saldos argentinos en Londres de los cuales podía disponerse. Juárez Celman fue señalado como el responsable de una catastrofe que no había generado, aunque puede admitirse que contribuyó a acrecentarla. Su gestión presidencial comenzó bajo el signo de este trance financiero, no pudo escapar de él y, en definitiva, esa situación lo hizo caer.