La usurpación de las Islas Malvinas

Otro aspecto que queremos poner de relieve y que muestra al hombre que tiene conocimiento político del todo multifacético nacional, es el episodio de la pirática usurpación británica de las Islas Malvinas. Cuando se produce este acto de fuerza de Gran Bretaña en 1833, el gobernador de Buenos Aires, Gral. Juan Ramón Balcarce, que tenía a su cargo por delegación de las provincias las Relaciones Exteriores, comunicó a éstas el hecho. La reacción del gobernador de Santa Fe se conoce por dos notas oficiales que remitiera al Gral. Balcarce fijando la posición santafesina. Un párrafo de ellas, la más importante, expresa: "Por la respetable nota del 24 de enero ppdo. el Excelentísimo Gobernador de Buenos Aires encargado de las Relaciones Exteriores se ha servido dirigir a esta provincia y por los documentos que la acompañan ha tenido el infrascripto la mortificante noticia de la usurpación de las Islas Malvinas por la cometa de guerra "Clio" de su Majestad Británica y del desalojo que obligó a hacer de ellas a las fuerzas que en nombre de la República las ocupaban por el título de dominio y señorío que sobre dichas islas tiene". Fíjense Uds. en los conceptos que esgrimía este caudillo que la historiografía liberal tuvo la mala fe de denigrarlo llamándolo desintegrador de la nacionalidad. Fíjense el lenguaje y los conceptos claros que tenía cuando manifiesta al gobierno porteño que Gran Bretaña no podía hacer eso porque la República detentaba esas islas por un título perfecto de dominio y señorío que no se podía discutir. 21

En el otro documento señalemos su párrafo medular "El gobernador de Santa Fe espera lleno de confianza que el Excelentísimo Gobierno de Buenos Aires obrará en este asunto con la firmeza otras veces demostrada en la defensa de los derechos de la República y presentando al gobierno de Londres lo injusto de su pretensión y la grave injuria inferida al honor del pabellón argentino por infracción manifiesta entre pactos existentes entre ambos estados, porque no es de creer —agrega el Gdor. López— que una Nación que tanto blasona la libertad de su política quiera sostener por la fuerza tan escandalosa usurpación hecha a sus mejores amigos, manchando su bandera con horribles colores". 22

No caben dudas que los párrafos citados de estos documentos, nos muestran a un hombre público que no es un mero caudillejo de provincia, sino a un magistrado que define la figura de un experto en Derecho de Gentes.