La coalición internacional que derrocó a Rosas
El alistamiento de soldados en Europa
 
 
Con el sostén económico del Brasil, el gobierno de Montevideo realizó algunas tratativas para obtener contingentes en Italia, en Francia y en Alemania, a fin de continuar la lucha contra Oribe.


a) La contratación de soldados en Italia

Los diarios italianos publicaron la noticia que el Dr. Ellauri se encontraba en Génova con el propósito de efectuar enrolamientos por cuenta de Montevideo 8. El representante francés Devoize, acreditado en la capital oriental, informaba a la cancillería de su país que se esperaba el arribo de 150 a 200 colonos del Piamonte 9. Este diplomático, en un despacho posterior informaba que los colonos ya habían llegado a Montevideo y se los iba a organizar en batallones para ser incorporados al ejército que estaba luchando contra el general Oribe. Estos italianos fueron concentrados en un cuartel donde dormían en el suelo, no tenían mantas para protegerse del frío. Solicitaron el primer mes de sueldo, que se les había prometido pagar al momento de su llegada, pero no se les pudo hacer efectivo por carecerse de dinero en la administración. Tampoco habían recibido copia del contrato que se les había prometido entregar en Italia. En esa situación, los reclamantes pretendieron ejercer en la ciudad las diversas profesiones y artesanías en las cuales eran prácticos, pero se los puso en prisión. El diplomático francés antes citado informa que “de los 75 colonos que componían esta expedición, 35 están hoy detenidos en Montevideo, o en un pontón de la rada o en la isla Martín García”. Terminaron por acudir al consulado francés para solicitar protección, pero el diplomático galo se las ingenió para derivarlos a su colega italiano 10.


b) El reclutamiento en Francia

El Correo del Havre publicaba que el enrolamiento de soldados en Francia era un pretexto para reunir “revolucionarios (...) destinados a llevar sus armas contra Buenos Aires”, que se alentaba con el ofrecimiento de tierras a los labradores. Pero todo eso “era una engañifa”11. A su vez, La Prensa, de París, en un editorial titulado Una expedición clandestina informaba detalladamente sobre la instalación y funcionamiento de la oficina de reclutamiento en esa capital. Decía el periódico: “Cuando aquéllos (...) se presentan a la oficina de reclutamiento, desde las once de la mañana hasta las dos de la tarde, se les lee un prospecto que no se les entrega, y del que aun se les rehúsa que saquen copias. Este prospecto les promete, en nombre del titulado gobierno oriental, en primer lugar el pasaje y manutención hasta Montevideo; y en seguida diez pesos mensuales mientras dure la guerra. Después de la victoria, cada voluntario recibirá una casa, dos bueyes, una vaca, un toro, diez carneros, doce gallinas y una inmensa extensión de terreno con los instrumentos necesarios para la explotación. Los que, siempre después de la victoria, quisieran volver a Europa, podrán realizar el valor dela concesión; en cuanto a los que sucumbiesen en la lucha, se entiende que la propiedad prometida recaerá en su familia. Aquéllos a quienes seduce la lectura del prospecto pasan a una habitación donde sufren la visita del médico que invariablemente o poco menos, los declara aptos para ser enrolados”12.


c) La contratación de soldados alemanes

El embajador francés en Londres comunicaba a su gobierno que: “debemos felicitarnos del embarque para el Brasil de cierto número de soldados tomados de las filas del ejército de Holsteinoise (...) que se han presentado (...) en la legación de Brasil en Berlín” 13. El periodismo protestaba por estas “ventas de almas” 14, pero, para eliminar escrúpulos o suspicacias en el gobierno alemán, los agentes brasileños señalaban la importancia de dar apoyo a la única monarquía sudamericana 15. En relación con estos enganches, la Gazeta del Imperio Alemán (12 de febrero de 1851) publicaba que una de las personas más vinculadas con el consulado brasileño era Lemmerz, capitán de un batallón de infantería en Schleswig-Holstein. El plan concertado con el Brasil, siempre según la versión de aquel periódico, era el adiestramiento de dos batallones de soldados que hubieran servido en aquel Estado, los cuales serían equipados y armados antes de embarcarse en forma semejante a dos o tres baterías de campo, que proveería Prusia. “Dicen también —continúa el periódico— que el ministerio prusiano ha consentido en que un cierto número de oficiales de artillería pueda obtener licencia por algunos años para ir al Brasil a organizar allí la artillería y ponerla en el mismo pie que la de Prusia (...)”. Agrega: “Para general en jefe de todo el ejército brasileño ha sido designado el teniente mariscal de campo Vetter, húngaro, que ha pedido un plazo para resolverse; para general de división el ex mayor general Gerhardt, cuyo carácter veleidoso fue causa de ser despedido del servicio en los ducados” 16. M. Gallois, cónsul argentino en Hamburgo, formalizó un reclamo ante el Senado de esa ciudad, porque aquellos enganches violaban la neutralidad y el derecho de gentes. Señala que si se declaraban las hostilidades, la Confederación Argentina trataría a Hamburgo “como a un estado que le hace la guerra” 17. A mediados de 1850 —según noticias que publicaba La Gaceta Mercantil, de Buenos Aires, desembarcaron en Río de Janeiro “532 máquinas infernales enganchadas para el servicio de Brasil”, las cuales fueron transportadas en dos navíos alemanes. Por último, digamos qua el comandante de los batallones alemanes sería von der Heyde 18.