La conquista del Plata y Tucumán
Consideraciones finales sobre el Río de la Plata
 
 
Las primeras expediciones —desde Solís hasta 1534— tuvieron por finalidad la exploración de las riberas y territorios del Plata. No hubo, pues, carácter conquistador. Después de Caboto, la Corona autorizó la conquista, en cumplimiento de objetivos económicos y con el propósito de establecer la continuidad iniciada con la exploración, así como impedir la expansión portuguesa.

La corriente del este, que se debió al esfuerzo de varios conquistadores, fue de larga duración, pero no registra momentos de intensidad. Tuvo la particularidad de que las expediciones que partieron desde España fracasaron, mientras que las organizadas en América tuvieron éxito. Y éstas fueron las que realizaron la conquista. Por otra parte, no tuvieron carácter exclusivamente militar, pues unieron fundaciones, población y colonización. La extensa red fluvial favoreció el desplazamiento, y aun cuando no existieron obstáculos naturales, tuvieron que afrontar el desierto inconmensurable y hostil, el hambre y la sed. En cuanto a los indios (y a diferencia de Perú o México), formaban muchas colectividades, de diversa naturaleza social y dedicados a la caza y a la pesca. Esto repercutió en la conquista, pues al no haber pobladores estables, los asientos instalados por los españoles se mantuvieron con notable energía.

La proyección española en el Río de la Plata se orientó al Paraguay, para establecer la ruta hacia el Imperio inca. Por otra parte, debido a que los recursos naturales eran escasos y los indios se mostraban hostiles, los conquistadores rioplatenses —también a diferencia de Perú y México— hubieron de trabajar la tierra a la par que empuñaban las armas para defenderse contra el indígena. Por este motivo no conoció la paz de las regiones ricas y se formó una sociedad ruda, en la cual, al carecerse casi totalmente de ayuda indígena, tuvieron que acrecentar la población blanca. La búsqueda de alimentos y viviendas los llevó más al norte, donde fundaron Asunción, que se convirtió en el primer centro estable de la conquista rioplatense.

En general, en la conquista rioplatense se observan dos periodos: a) desde Mendoza hasta la muerte de Irala, que es la etapa de mayor acción; b) desde Irala hasta finales del siglo XVI, en la que se acentúa el desplazamiento al Paraguay, para acercarse al Perú.