La política internacional en el pensamiento de Juan Perón /1947-1948
Relaciones con España
 
 
En el almuerzo que el embajador español ofreció a Perón el 27 de setiembre de 1947, el Presidente le hizo alusión a la posibilidad de que nuestro país fuese elegido para integrar el Consejo de Seguridad con motivo de la vacante dejada por Brasil “lo cual dará ocasión -me dijo- a que tengamos un nuevo punto de apoyo para defender a España” (40).


1. Concesión de un crédito

En ese encuentro al diplomático aprovechó para exponerle temas de interés para España empezando por “nuestra petición de crédito con un montante de mil doscientos cincuenta millones de pesos (...) con amortización a largo plazo, a ser posible cincuenta años”. Destaca que sobre este asunto ya había hablado con el canciller Bramuglia y Miguel Miranda, reiterándole el Presidente su disposición para “tal crédito teniendo en cuenta la significación política del mismo” porque “se trataba de un suplemento al Plan Marshall que la Argentina hacía al único país verdaderamente anticomunista de Europa”. Aunque prometió una pronta respuesta definitiva, le manifestó que debía esperarse el resultado “de las conversaciones que en estos días se mantienen con Inglaterra sobre la convertibilidad de la libra (...)”, teniendo en cuenta la magnitud de la cifra solicitada por España. El Presidente agregó: ”ya saben que nunca diremos que no a una petición de esta naturaleza que venga de España, y siempre encontrarán en nosotros una acogida generosa para toda clase de créditos y apoyos financieros que necesiten”. Areilza insistió en que los españoles eran buenos pagadores y satisfarían “hasta el último peso en productos españoles que pudieran interesar” (41).

En la entrevista del 16 de enero de 1948 se habló también de este crédito y “para participar de la reunión” fue llamado el Presidente del Banco Central, señor Maroglio, pero el embajador anuncia que el tema lo tratará en otro Despacho (42). Tres meses después el diplomático informa que visitó al Presidente “para informarle del acuerdo del Gobierno de Madrid relativo a la rápida publicidad del Protocolo Adicional al Convenio Comercial vigente”. Perón le respondió “rápidamente y sin ninguna clase de vacilaciones” que le había comunicado al Gral. Franco que podía utilizar la “noticia del Acuerdo a su mejor deseo y conveniencia y utilizarla con toda su fuerza” en la política interna e internacional. Sin embargo, se convino en que “fuera efectuada con mayor relieve y volumen en Madrid que en Buenos Aires, donde simplemente se daría un comunicado”. El Presidente mostró “verdadera indignación” por la exclusión de España del “Plan Marshall, a pesar de haberse aprobado anteriormente su inclusión. Al respecto “le causó verdadera náusea la actitud del gobierno inglés, que nada tiene que ver con el asunto, a no ser que se sienta (...) amenazado de quedarse con menor ración”. Perón subrayó que “juega con cartas propias” y a pesar de las buenas relaciones que mantiene con Washington no secundará “ciegamente sus directivas (...) bien confusas e incoherentes, como se demuestra en el caso de España” (43).


2. Asistencia técnica

También hablaron de la emigración técnica y el embajador ofreció “la posibilidad de que viniesen de España algunos colaboradores técnicos para cooperar en la gran obra del Plan Quinquenal”. El Presidente recibió con entusiasmo esta idea y le prometió enviarle “una lista de las más urgentes necesidades en este terreno “ (44).


3. Intercambio cultural

Según el diplomático el Presidente “se quedó realmente impresionado y muy satisfecho” con la idea de intercambio entre el “Instituto Español de Cultura” de Buenos Aires con el “Instituto de Cultura Argentino” en Madrid. Apoyó la idea “y me pidió que le concretase en una pequeña memoria” acompañada de un proyecto que haría estudiar por una Comisión especial (45).


4. “Día de la Raza”

El embajador había demorado concretar este pedido “para no acumular demasiadas cuestiones relativas a España en la festividad del Día de la Raza”. Hablaron sobre la celebración del 12 de octubre, que el Presidente “quería dedicar por entero a la exaltación de España y sus valores” e inaugurar la Exposición de Arte Español Contemporáneo, “imponiendo en el mismo acto las insignias de la Orden del Libertador al Director del Museo del Prado”. Asimismo, descubriría la lápida que “da de nuevo el nombre de Cervantes al Teatro Nacional de Comedia” y después pronunciará una conferencia en la Academia Argentina de Letras “dirigida a los pueblos americanos de habla española para exaltar la figura de Cervantes y el significado espiritual de la Fiesta de la Raza, tal como él lo concibe y siente”. Luego tendría lugar la velada en el Teatro Colón “a base de un programa exclusivo de obras españolas o de ambiente español”. Destaca el embajador que agradeció profundamente al Presidente “esa desbordante manifestación de afecto hacia nosotros” (46).


5. Obsequios de Franco

En la entrevista del 9 de enero de 1947, el Presidente concedió una entrevista solicitada por el embajador Areilza porque éste quería entregarle “personalmente la carta del Generalísimo Franco que acompañaba el envío de 12.494 botellas de vinos españoles seleccionados, que el Jefe del Estado español hacía llegar como obsequio personal, con motivo de las fiestas de fin de año” (47).