Citas

Prólogo


 


(1) Travels in South América during the years 1819-20-21; containing an account of the present state of Brasil, Buenos Ayres and Chile by Alexander Caldcleugh, Esq. Two volumes. London. MDCCCXXV.


(2) Reisen in Süd-Amerika während der Jahre 1819, 1820, 1821; enthaltend eine Schilderung des gegenwärtigen Zustandes von Brasilien, Buenos Aires und Chile. Von Alexander Caldcleugh, Esq. Weimar, in Verlage des Gr. H. S. priv. Landes Industrie comptoirs 1826, 8°, 588. Tomo 41 de Neue Bibliotek der wichtigsten Reise Beschreibungen, etc. Veimar. (Este dato está consignado en la traducción chilena).


(3) Colección de autores extrangeros relativos a Chile. Viajes por Sud-América durante los años 1819, 20 i 21. Esposicion del estado actual de Brasil, Buenos Aires i Chile por Alejandro Caldcleugh. Parte relativa a Chile seguida del articulo "Valparaíso i la Sociedad chilena en 1847", por Max Radiguet. Santiago de Chile. Imprenta Universitaria, 1914.


(4) Philosophical Transactions, 1835 (1° parte).


(5) La juventud que revela el viajero en 1821 y su decidida afición por las ciencias naturales, confirmarían plenamente la identidad a que se refieren los traductores. Caldcleugh no debió de tener más de treinta años, quizá algunos menos, en 1821. Siendo así, tendría pocos más de sesenta en 1856. — Nota de J. L. B.


 


Capítulo 1


 


(1) Fahrenheit.


(2) La revolución de la independencia paraguaya, se produjo en 1811. Francia llegó al poder en 1814. Cuando Belgrano expedicionó al Paraguay no lo hizo para atacar al Dr. Francia sino al gobernador español. — (N. del T.).


 


Capítulo 2


 


(1) Se les cortaba una sola oreja y eran llamados "reyunos". N. del T.


(2) En 1821, don Manuel Escalada compró una estancia, de una legua cuadrada, bien provista de ganado, por $ 6.000.


 


Capítulo 3


 


(1) Semanario de Agricultura, Industria y Comercio. (N. del T.).


(2) Esto no es exacto. (N. del T.).


 


Capítulo 4


 


(1) El mangrullo. (N. del T.).


 


Capítulo 5


 


(1) No hubo tal reconocimiento. Se trata del desgraciado proyecto de Rivadavia cuya única consecuencia fue que se dijera en Europa que los constitucionales españoles habían concedido la independencia a las Provincias Unidas del Río de la Plata, mediante cien millones de francos. — (N. del T.).


(2} En España y América fue reconocida y obedecida la Junta Central de Sevilla. — (N. del T.).


(3) 9 de Julio. (N. del T.).


(4) Debe leerse febrero. (N. del T.).


(5) Rivadavia estaba en Londres, en 1825, año en que se imprimió la edición inglesa de este libro. Caldcleugh se alejó de Buenos Aires en 1821. (N. del T.).


 


Capítulo 6


 


(1) Así dice el original: woollen boots. En un grabado de Vidal, el titulado "Paisanos de Tucumán" [en Buenos Aires] puede observarse una especie de polaina en colores, a la que tal vez se refiera el texto de Caldcleugh. EMERIC ESSEX VIDAL. Picturesque Illustration of Buenos Ayres, etc. London. 1820. — (N. del T.).


 


(2) La llamada "trilla con yeguas" que se usó hasta que llegaron las máquinas trilladoras y aún mucho después — (N. del T.).


(3)  El viajero se encontraba a treinta leguas, o poco más, de Santa Fe. (N. del T.).


(4) Seria un venado... — (N. del T.).


 


Capítulo 7


 


(1) Algunos de los oficiales norteamericanos llegados a Buenos Aires con José Miguel Carrera en 1817, le acompañaron en las guerras civiles de 1820-1821 y anduvieron con el caudillo entre los indios del sur. Uno de esos oficiales, William Yates, escribió una crónica detallada de las andanzas de Carrera, que se publicó como apéndice al Diario de la inglesa María Graham, editado en Londres, en 1824. Hay versión castellana con el título WILLIAM YATES, José Miguel Carrera, por el autor de esta misma traducción, bajo el signo de "Solar". — (N. del T.).


(2) Francisco Casimiro Marcó del Pont, Capitán general de Chile, cayó prisionero algunos días después de la batalla de Chacabuco —en la que no tomó parte— y fue remitido por San Martín al director Pueyrredón, para ser confinado a la provincia de San Luis. Marcó había puesto a precio la cabeza de San Martín, quemado públicamente sus comunicaciones y ahorcado a algunos de sus agentes en Chile. Estuvo en la ciudad de San Luis hasta la sublevación de los oficiales españoles en la que no tuvo intervención (1819). Parece que después fue confinado a "La Estanzuela" en Córdoba. — (N. del T.).


(3) Las vinchucas. — (N. del T.).


 


Capítulo 8


 


(1)  En francés, en el original. Emparrado. (N. del T.).


(2) Compré un cortaplumas inglés por algo menos de un chelín y el artículo había sido traído desde tan inmensa distancia, dejando provecho en las diversas manos por que pasó.


(3) Véase Apéndice N" 2. (N. del T.).


(4) Esto lo escribía Caldcleugh en 1823. — (N. del T.).


(5) Seudónimo de Juan García del Río. (N. del T,).


(6) De Yapeyu. — (N. del T.).


(7) El lector encontrará en el Apéndice algunos fragmentos del viaje de Caldcleugh por Chile y Perú, tomados de la traducción relativa a Chile, publicada por los señores F. Nieto del Río y A. R. Ovalle. (N. del T.).


 


Capítulo 9


 


(1) En aquella época se llamaba también "orientales" a los entrerrianos, porque estaban al oriente del río Paraná. (N. del T.).


 


Capítulo 10


 


(1)  En castellano, en el original. (N. del T.).


(2) El original dice, por error evidente, "Sinsacate", lugar que se encuentra en otra región y Caldcleugh no pudo encontrar en el camino que llevaba.


(3) Don Pedro Tomás de Larrechea. — (N. del T.).


 


Capítulo 11


 


(1) Caldcleugh partió de Buenos Aires el 19 de julio. El episodio de la decapitación de Ramírez ocurrió el día diez. No pudo conocerlo el viajero sino en Río de Janeiro, o ya de vuelta en su país. Anotamos esta circunstancia porque nos asalta una duda y conviene despejarla. López cuando habló con Caldcleugh no estaba tan cerca de Ramírez como para señalar el día preciso de la semana en que lo atacaría. Tampoco lo atacó, porque Ramírez andaba con tropas dispersas y muchos soldados suyos habían desertado; ni le cortó la cabeza, ni siquiera estuvo presente en el sitio en que perdió la vida el caudillo entrerriano. La partida que alcanzó a Ramírez pertenecía a las fuerzas de Bedoya, gobernador delegado de Córdoba. Un teniente Maldonado mató de un tiro a Ramírez, en lucha franca y después le cortó la cabeza. Bedoya la remitió a López "como presente". Si alguna responsabilidad cabe al caudillo santafecino es la de haber remitido a Santa Fe aquel bárbaro trofeo después de tenerla en su campamento. Bien está repudiar todo gesto inhumano y brutal pero no ha de exhibírsele aislado, sino en el orden de sus causas y dentro del clima moral de su época. Por eso habrá de permitírseme, como traductor, una aclaración que creo necesaria: Ramírez había puesto a Santa Fe al borde de la ruina, apenas un mes antes. Su inicuo plan de ataque a la ciudad, desde Entre Ríos, era el siguiente: El. jefe entrerriano desembarcaría sus fuerzas a la altura de Coronda para arremeter desde el sur; la escuadrilla comandaba por Mansilla llevaría un asalto directo por el río; sincrónicamente, los indios del Chaco, unidos a Ramírez por un pacto de alianza (así lo creía él), caerían por el norte con derecho a saquear la ciudad por espacio de tres días. Vencida la resistencia de la ciudad, Ramírez y Mansilla presidirían aquel espectáculo salvaje. De todo se tuvo noticia en Santa Fe y cundió el pánico entre la población. Los indios constituían la mayor amenaza. Manuel Diez de Andino, testigo de los sucesos, escribe: "Las mujeres andaban ganando las iglesias con sus familias y trastos; todo era un laberinto". En el día de mayor perplejidad e inquietud, el Ministro Dr. Seguí, temperamento resuelto y exaltado, salió del Cabildo gritando: —¿Quién compra valor? ¡Yo vendo!... Llegó el coronel Lucio Mansilla con sus buques, cañoneó las baterías de la ciudad, efectuó un desembarco en la Chacarita (actual parque Oroño) y esperó el avance de la indiada. Pero los indios no aparecieron... por lo menos en son de guerra. Se presentaron algunos (de parlamento) que conducían maniatado al capitán Caraballo, comisionado por Ramírez para dirigir el malón. Caraballo había llevado al Chaco partidas de aguardiente, yerba y tabaco y además la promesa del saqueo a Santa Fe, pero la alianza no fue aceptada. La actitud de los indígenas —que también devolvieron algunos cristianos cautivos— impresionó a la población y se consideró "acción de aprecio no esperada de gente tan variable" (Diez de Andino). Dijeron los indios que procedían así porque Ramírez había traicionado al caudillo Artigas que era "el padre de los indios y quien los amparaba". Conjurado el peligro inmediato, el gobernador López salió en busca del jefe entrerriano, que ya había desembarcado al sur de Coronda y batido al ejército de Buenos Aires mandado, por el coronel La Madrid. López derrotó completamente a Ramírez el 26 de mayo en las Lomas de Coronda. Santa Fe quedaba así libre de la más injusta y aviesa de las agresiones que había sufrido hasta entonces. Pocos días después, el gobierno de Córdoba, amenazado por Ramírez, solicitaba el auxilio de López. Este acudió con su ejército. Iba en marcha hacia Córdoba cuando le encontró Caldcleugh en el Monte del Socorro y mantuvo la conversación que da motivo a la presente nota. Lo que no dice Caldcleugh, y tampoco los historiadores argentinos en general, es que José Miguel Carrera, fusilado en Mendoza, poco tiempo después de la muerte de Ramírez, fue también decapitado e hicieron con su cadáver algo peor. La cabeza se exhibió en el Cabildo de la ciudad y un brazo bajo la campana del mismo edificio. Era gobernador de Mendoza el Dr. Tomás Godoy Cruz. Dos años antes, Vicente Dupuy, teniente gobernador de San Luis, había cortado con sus propias manos la cabeza del coronel español Morgado, cuando se produjo la sublevación de oficiales españoles en la misma ciudad. No hablemos de lo que vino algunos años después, sobre todo en la época de Rosas. Detengámonos en 1863. Ha pasado Caseros, Cepeda y Pavón. Fuerzas del ejército nacional ultiman al general Ángel Vicente Pefialoza, El Chacho, le cortan la cabeza y la colocan al borde de un camino. El gobernador de San Juan, Domingo F. Sarmiento, autor de Facundo, escribe: "Llegó el parte de Igarzábal, de haber dado alcance a Peñaloza y cortádole la cabeza en Oltas, donde parece que descansaba tranquilo con su Estado Mayor. ... Yo aquí he aplaudido la medida, precisamente por su forma. Sin cortarle la cabeza a aquel inveterado pícaro y ponerla a la espectación, las chusmas no se hubieran aquietado en seis meses". Estanislao López, en 1821, ordenó por escrito a Santa Fe que fuera exhibida la cabeza de Ramírez "para perpetua memoria y escarmiento de otros que en lo sucesivo pretendan oprimir a los heroicos y bravos santafecinos". Invocó el "cúmulo de males que evitaba la ruina de esa triste víctima", pero dijo también algo más, algo que se echa de menos en la carta de Sarmiento: "...esa triste víctima —dijo— sobre la cual se ha sensibilizado mí corazón, como humano". (N. del T.).


 


Apéndice


 


(1) Se conserva la ortografía del texto. En el prólogo se hace referencia al libro del que proviene esta traducción. (N. del T.).


(2) Coup de main en el texto.


(3) Francés en el texto.              


(4) Así en el texto.                 


(5) El virrey del Perú recibía como 65,000 dólares anualmente.


(6) En castellano en el texto.


(7) En castellano en el texto.


(8) Francés en el texto.


(9) Algunas de las mujeres más lindas de Lima son nativas de Guayaquil.


(10) Alcanzamos 100° W de longitud.