Reseña histórica sobre la capital y el proceso de centralización
Mercantilismo y pragmática del comercio libre
 
 

Los buenos resultados que obtuvieron Holanda, Francia e Inglaterra durante los siglos XVI y XVII, con su política de protección a la industria local que se abastecía con las materias primas de sus colonias o zonas de incipiente evolución productiva, logrando exportar valores más altos que los importados y con ello enriqueciéndose, llevaron a los borbones españoles en el siglo siguiente a intentar una experiencia análoga. El planteo consistía en promover el desarrollo manufacturero peninsular que habría de proveerse con la producción primaria americana. De este trueque habría de salir gananciosa la metrópoli por el mayor valor intrínseco de sus exportaciones en relación con el de las importaciones.


Desde el reinado del primer borbón, Felipe V, se fueron tomando medidas para poner en práctica este plan, la más trascendental de las cuales fue la Pragmática del Comercio Libre del año 1778, cuyo objetivo era establecer la libertad de comercio dentro del Imperio español, a fin de facilitar ese movimiento de manufacturas y materias primas en el sentido indicado.


Por sus cláusulas quedaba definitivamente desechado el sistema de puerto único, que ya en 1765 se había soslayado, habilitándose trece puertos metropolitanos y veinticuatro en el nuevo mundo que podían comerciar entre sí, con lo que se derribaban las barreras que obstaculizaban el comercio dentro del Imperio. Esto siempre y cuando ese comercio fuera practicado entre españoles europeos y americanos, subsistiendo lógicamente, dentro del planteo mercantilista, la prohibición que tenían los dominios americanos, tratados según se ve como verdaderas colonias productoras de materia prima, de ejercer el tráfico con potencias extranjeras. Aunque en la cuenca del Plata este veto no fue respetado. Las franquicias otorgadas no fueron aprovechadas por el comercio español solamente, sino también por el tráfico extranjero, particularmente británico, que consignando sus mercaderías por intermedio de comerciantes españoles, lograron introducir por el puerto obligado de Buenos Aires cantidades considerables de artículos. Al respecto, Humboldt, citado por Sierra, nos da el siguiente cuadro comparativo de importaciones 24:



Años Géneros nacionales Géneros extranjeros


1778.......... 1.431.000 2.314.000


1784.......... 9.799.000 11.941.000


1785.......... 16.863.000 21.499.000


1788.......... 7.900.000 7.120.000



De tal manera que la Pragmática de 1778 significó un nuevo empujón al creciente ascenso mercantil porteño, lo que concordantemente con lo que se ha dicho, representaba una tendencia contrapuesta a la de la economía de base industrial de zonas como el Tucumán y Cuyo.