Los caudillos y el federalismo argentino
Hombre creyente de profunda fe cristiana
Estanislao López, como la casi absoluta mayoría de hombres y mujeres de su tiempo vivieron una religiosidad cristiana sincera, que nuestro caudillo puso siempre de manifiesto en su vida privada y pública. Nacido el 22 de noviembre de 1786 junto con su hermana melliza Catalina, fueron bautizados ambos en la fe de Cristo ocho días después de su nacimiento en Paralelamente al afecto recibido en el seno de su hogar, en el que se agradecía cotidianamente al buen Dios los beneficios recibidos y se confiaba en su providencia para afrontar todas las situaciones. Por ello no es de asombrarse que nuestro caudillo fuera un hombre de profunda fe religiosa y además de fervorosa devoción mariana. Su madre lo crió en los principios esenciales del cristianismo vigoroso, de aquél que preceptúa que "la fe mueve montañas". En diversas oportunidades de su actuación pública, nos encontramos con un López que tanto agradece como invoca a Dios. De su manifestación de fe popular mariana, el historiador Guillermo Furlong S.J. nos da la noticia de que en un párrafo de un documento encomiástico sobre López que encontró en el archivo del Instituto Osvaldo Magnasco de Gualeguay, se destacaba que: "...cada vez que salía a campaña, no montaba su caballo sin antes encajar en la parte delantera de la montura la imagen de En la celebración de todos los hechos exitosos para su pueblo y su provincia, nunca dejaba de agradecer a Dios; así por ejemplo después de firmar el Tratado de Pilar, finaliza el oficio en que comunica la novedad al gobernador interino en Santa Fe, diciéndole: "... no olvide de solemnizar este feliz suceso dando gracias al Altísimo con un tedeum en Los padres franciscanos en sus 3 o 4 años de acción educativa y evangélica sobre el brigadier, terminaron de cincelar la tarea espiritual materna, inculcándole los principios de Paz y Bien de "Como cristiano de verdad, López era generoso hasta renunciar buena parte de su exiguo sueldo en aras del interés público; respetuoso, libertó a los sacerdotes prisioneros de sus oficiales y los trató con toda la consideración debida a su carácter sagrado; recto en su vida moral con la gloria de un hogar santificado por el amor de su piadosa esposa, cuyas plegarias lo acompañaban en las largas jornadas, como súplicas de su ángel tutelar a una con las oraciones del sacerdote, cuya figura marchaba a su diestra a través de los llanos de |
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