de Santa Fe
Soldini

Soldini, la tranquilidad cercana



La estación ferroviaria de Soldini, un paseo obligadoUn pueblo de


3800 habitantes


ofrece comodidades


y paz a solamente 16


kilómetros de Rosario



Soldini.— Esta población, ubicada a sólo 16 kilómetros al sudoeste de Rosario, se ha convertido en el lugar que muchos han adoptado para vivir, alejados de las grandes ciudades y tentados por la vida apacible y pueblerina que brinda esta comunidad cuya población aumentó en los últimos años hasta llegar a contar, hoy, con 3.800 habitantes.


Los contrastes. Dos barrios residenciales, Las Pérgolas y el ubicado al oeste de la ruta 14, muestran la dicotomía con la arquitectura centenaria que aún se conserva.


La casona del viejo almacén ubicado frente a la plaza fue transformada en supermercado, pero mantiene parte de su estructura interna donde se destacan sus balcones de madera.


Otra propiedad histórica es el bar El Folklórico, cuyo interior es el mismo de antaño. Es el lugar elegido por los peones de las quintas que suelen juntarse a la tardecita, muchos de los cuales llegaron alguna vez desde Santiago del Estero, Chaco o Jujuy a trabajar en las cosechas y se quedaron para siempre.


La Casa de la Cultura municipal ocupa un papel importante en el impulso de actividades populares deportivas. Además cuenta con un centro integral para la atención de chicos con capacidades diferentes.


Personajes. Juan Luis Grondona nació en Soldini, con sus 95 años tiene muy presente los inicios del poblado. Hijo de un agricultor, se dedicó al cultivo familiar de frutales, vivero y viñedos cuya producción era entregada a una bodega importante de Rosario. “Siempre fui muy activo —recuerda—. A los 13 años iba a cobrar los alquileres de las propiedades que mi padre tenía en Rosario, a los 17 manejaba hasta el mercado, luego estudié por correo y en una academia rosarina donde aprendí contabilidadâ€.


En el fondo de la casa Grondona tiene una una quintita, donde siembra pimientos, zapallitos, calabacitas, tomates y radicheta. Mantiene un proyecto de vida digno de admiración; toma la previsión de hacer las semillas para la producción del año siguiente.


“Conozco todos los rincones del pueblo; ahora está hermoso, pero antes no había diversión, sólo se podía ir a tomar algo a los boliches o jugar a las cartas. Soldini va a ser el mejor lugar del gran Rosario porque es una zona alta y tiene gente muy activa que lo está llevando adelanteâ€. Fanático lector de La Capital, don Juan diariamente sigue las noticias y luego se hace una caminata para llevárselo a su suegra “si no el cuerpo se pone en mal estadoâ€, comenta. Dos varones y una mujer, fueron el fruto de su matrimonio y si bien vive sólo junto a su fiel mascota, mantiene contacto diario con ellos. Sus testimonios forman parte de los registros históricos del pueblo del que, asegura, nunca pensó en abandonar.


La sede comunal de Soldini muestra uno de los muchos y contrastantes estilos arquitectónicos que hablan de la historia del lugarAsunción pionera. Cuando en la Nación aún se estudiaba la aprobación de una ley que otorgue el derecho al sufragio femenino, en 1921 la provincia de Santa Fe sancionó una nueva Constitución, considerada por entonces de avanzada, en la que se incorporaba la posibilidad de un voto femenino calificado, limitado para mujeres contribuyentes o habilitadas profesionalmente.


Esta Constitución, que se derogó dos años después, autorizaba a su vez a modificar la ley de municipios y comunas. Dichos cambios permitieron que en las elecciones de marzo de 1934 y con un padrón suplementario de mujeres, Julieta Lavaggi de Ginocchio alcanzara la presidencia de la comuna de Soldini.


“Su designación destruyó dos mitos: la mujer podía ser funcionaria electa por sufragio y los caudillos naturales de ciertas localidades pueden ser vencidosâ€, remarca un trabajo sobre el tema de Norma Sánchez, licenciada en historia y docente de la UBA.


Julieta Lavaggi cubrió el cargo del período 1934/35 y luego fue interventora entre 1936 y 1937. Asumió con 42 años, ejerció como docente y mantuvo en su casa quinta una escuela de apoyo para los hijos de los trabajadores.


“En sólo un año y medio construyó el edificio comunalâ€, destacó el actual mandatario de Soldini, José Jorge Bargueño, quien lleva más de 20 años al frente de la localidad.


Repercusiones. Por entonces, La Capital destacó: “Ha demostrado que merece la conquista del voto, al obtener el 73 % de los sufragios, afianzando a través del comicio el prestigio y la popularidad de la organización democrática que la incluyera en su listaâ€.


“El matrimonio Lavaggi- Ginocchio, prosigue Sánchez, estuvo muy vinculado a la comuna de Soldini durante décadas y hay que destacar que el triunfo electoral de esta mujer conmovió a la sociedad argentina de aquella época. Las publicaciones periodísticas demostraron que su actitud no fue denostada; si no más bien, recibió muestras de solidaridadâ€, remarca Sánchez en su investigación sobre el voto femenino que la historiadora publicó en la revista Desmemoria en 1996.


El bar El Folklórico reúne a los peones llegados del interiorHistoria. Los primeros colonos de esta zona fueron los ingleses que construyeron varias estancias —de las cuales aún se conservan algunos cascos— y luego fueron arrendando las tierras a colonos italianos.


Soldini surgió con la creación de la estación del Ferrocarril Bartolomé Mitre, de la línea de Rosario a Peyrano y fue fundada por Domingo Aran, italiano de origen y donante de los terrenos para la construcción de la plaza, la iglesia y las dependencias oficiales.


En un principio, este pueblo estaba unido a la localidad de Pérez, desligándose de ese nexo en diciembre de 1929. La comuna se creó el 17 de enero de 1921 y el aniversario del pueblo se comenzó a celebrar, hace dos décadas, el 10 de noviembre.


Antiguamente el pueblo se llamó Aran. Después tomó el nombre de Soldini, apellido del dueño de las tierras sobre las que se construyó el ferrocarril. De origen suizo, Soldini fue el primer poblador de la actual localidad de Arteaga y durante 1867 adquirió vastas extensiones de tierra, formó su estancia y posteriormente comenzó con la labranza, colonizando su propio campo al poblarlo de numerosas familias a las que fue vendiendo parcelas.



Delcia Karamoschon l La Capital l Miércoles 5 de marzo de 2008










El centro comunitario



La educación de la población está cubierta por un jardín de infantes, una escuela primaria, una secundaria y una escuela de enseñanza media para adultos, instituciones a las que se suma la biblioteca popular “Poeta José Pedroniâ€, ubicada en la que fuera una de las antiguas casas que utilizaban los empleados del ferrocarril. En tanto, contribuyen al esparcimiento y la vida social entidades deportivas como el club Alumni y Liceo Argentino, que brindan su espacio para el deporte.


En los últimos años, el pueblo se vio favorecido por la radicación de empresas que dan trabajo a unas 250 familias. Entre las más importantes se encuentran una fábrica de máquinas granalladoras que se exportan a varios países del mundo.


Completan la lista de establecimientos industriales un aserradero, considerado entre los más grandes de la provincia; laboratorios cosmetológicos, un taller de cromado de accesorios para motos, una fábrica de aberturas de aluminio y otra de molinos de viento.


Producto del crecimiento económico, la construcción de viviendas también generó una gran demanda de mano de obra, a lo que se suma el personal de la administración de la estación terminal de cargas del ferrocarril, que funciona en la estación de trenes.


Servicios y producción. La población cuenta con servicios de gas natural, agua potable y cloacas en plena ejecución, lo que le permite a sus habitantes acceder a las prestaciones básicas necesarias para vivir cómodamente.


Hasta hace unos 15 años aproximadamente esta localidad era reconocida por la producción de hortalizas y frutas, que era la principal fuente de trabajo de los soldinenses. Hoy, sólo un 20 por ciento de la superficie rural se dedica a la horticultura, mientras el resto de las tierras fueron destinadas a la soja y otros cultivos.