Cuando los españoles se convencieron que las tierras descubiertas por Cristóbal Colón formaban un nuevo continente que se interponía por el oeste entre Europa y Asia, se lanzaron entusiasmados a encontrar el algún paso marítimo al Asia, navegando hacia el poniente. Con ese propósito, el rey Fernando de Aragón le encomendó a Juan Díaz de Solís una expedición a las Malucas o Indias Orientales.
Solís partió de España con tres naves y sesenta hombres, navegó por el Atlántico hacia el sur, y al cabo de tres meses, a fines de enero de 1516, se encontró con la desembocadura del actual Río de la Plata, al que, por su gran anchura, denominó Mar Dulce. Internándose por el Plata llegó a su confluencia con el río Uruguay y desembarcó en su margen izquierda. Poco pudo hacer para evitar caer inmediatamente en manos de los nativos, que lo ultimaron y descuartizaron a la vista de los otros tripulantes que no habían desembarcado. Sólo se salvó un muchacho de quince años, Francisco del Puerto, que quedó prisionero de los indios.
El fracaso de la expedición de Solís coincidió con la muerte del rey Fernando el Católico, a quien sucede en el trono de España su nieto Carlos, que también anhelaba llegar a las islas Malucas, y con este preciso objetivo, encomienda una expedición a Hernando de Magallanes, un marino portugués distanciado de su país, quien prometió al monarca español encontrar el paso hacia las Malucas por el camino opuesto al que seguían los navegantes portugueses.
El fracaso de la expedición de Solís coincidió con la muerte del rey Fernando el Católico, a quien sucede en el trono de España su nieto Carlos, que también anhelaba llegar a las islas Malucas, y con este preciso objetivo, encomienda una expedición a Hernando de Magallanes, un marino portugués distanciado de su país, quien prometió al monarca español encontrar el paso hacia las Malucas por el camino opuesto al que seguían los navegantes portugueses.
La expedición de Magallanes llegó hasta el río de Solís y al verificar que no llevaba al paso marítimo buscado siguió su viaje hacia el sur. Después de largos meses de sondear hacia el sur las costas patagónicas, el 1º día de noviembre del año 1520, el intrépido marino encontró un larguísimo paso hacia el gran Mar del Sur que lo llevaría al oriente asiático. Llamó al paso descubierto Estrecho de Todos los Santos, recordando la festividad que se celebra ese día, luego sería conocido como “Estrecho de Magallanes”.
Sin detenerse a explorar, siguió su marcha hacia el occidente y se internó en el Mar del Sur e impresionado por la quietud de sus aguas, lo rebautizó como Mar Pacífico. La travesía por el Pacífico fue singularmente penosa, los marinos se quedaron sin víveres suficientes, lo que provocó el lento fallecimiento de la mayoría de su tripulación. Finalmente, en marzo de 1521, los sobrevivientes arribaron al archipiélago de San Lázaro, que hoy conocemos como Filipinas en honor de Felipe II. Allí Magallanes, en combate con los nativos, encontró su muerte.
Sebastián Elcano asumió el mando, y de las cinco naves que zarparon de España, sólo la “Victoria”, con 18 hombres hambrientos y harapientos, llegó a Sevilla el 8 de septiembre de 1522. Había cumplido una de las más maravillosas hazañas de la historia: la circunnavegación de la Tierra, habiendo probado su redondez.
Hacia 1526, con el encargo de seguir por el estrecho de Magallanes en busca “de las islas del Maluco y de las otras que fueron descubiertas por Magallanes y por Juan Sebastián Elcano…”, zarpó desde España una nueva expedición al mando del veneciano Sebastián Caboto o Gaboto. Al llegar a las costas de Brasil, las noticias sobre la existencia de un reino lleno de riquezas al que se llegaba a través del inmenso río descubierto por Solís, que quizás resultara un atajo hacia el objeto de la expedición, cautivaron al marino y desvió el rumbo prefijado, internándose en aquel río, al que ya empezaron a llamar "de la Plata". Explorando las costas Gaboto descubre el río Paraná y remontándolo hacia el norte halló un afluente, el llamado Carcarañá, y en la costa sur de su desembocadura, el 9 de junio de 1527, fundó un fuerte al que llamó Sancti Spíritu, el primer asentamiento de españoles en tierra argentina, que permanecieron en el lugar más de dos años.
Gaboto dejó en el fuerte una pequeña guarnición y se lanzó a navegar el río Paraná hacia el norte en busca de la “fantástica” Sierra del Plata. Durante más de un año recorrió infructuosamente el río Paraná, hasta que en una de esas expediciones los indios asaltaron e incendiaron el fuerte, siendo muertos la mayoría de los pobladores. Los infructuosos resultados de su expedición persuadieron a Gaboto de regresar a España.
Antes de llegar al estrecho que unía los grandes mares, uno de los barcos de la expedición de Magallanes desertó bajo la dirección de Esteban Gómez, regresando a Europa por la vía de África. Al cruzar el Atlántico, sus tripulantes avistaron por primera vez las islas Malvinas situadas sobre su ruta. En un mapa publicado en 1526 por Diego de Ribera figuran con el nombre de islas de Sansón.
Carlos V le concedió a Sebastián Elcano el uso de un escudo con la figura del mundo y esta divisa:”Tu primus circumdedisti me”, Tú eres el primero que me has rodeado.