Chacho Peñaloza
Juan Angel Peñaloza, “El Chachoâ€, fue un patriarca norteño, que ejerció una enorme influencia desde su estancia ubicada en El año 62 lo sorprende en Catamarca, donde acudiera con sus fuerzas por pedido del gobernador Molina, atacado por el santiagueño Manuel Taboada. Ausente Peñaloza, tropas porteñas invaden Peñaloza admite reconocer el orden establecido después de Pavón, a cambio del retiro de aquellas tropas, pero Paunero no acepta condiciones. A la sombra del Chacho surgen caudillos menores, que promueven una guerra de guerrillas contra los ocupantes. Asediados por el paisanaje, los “coroneles de Mitre†siembran terror, degollando sin asco. La reacción riojana se extiende a Catamarca, San Juan, Córdoba y San Luis. El 29 de mayo de 1862, en la estancia “ La paz no dura mucho. El Chacho se queja a Paunero, denunciando que los gobernadores de San Juan (Sarmiento) y San Luis (Barbeito) no respetan el convenio. Villafañe, gobernador oficialista de Las montoneras desbordan sobre provincias vecinas. Sandes acude en auxilio de San Luis. Sarmiento reclama a gritos “no ahorrar sangre dev gauchos, que es lo único que tienen de humanosâ€. Y Mitre lo nombra “Director de Peñaloza toma el tÃtulo de “General en Jefe del Ejército Reaccionarioâ€. Y la reacción se extiende. Catamarca es invadida por los federales; el coronel Clavero (aquel que ordenara fusilar a Aberastain) ataca Mendoza, desde Chile; jinetes riojanos van sobre San Luis. Taboada, fiel a Mitre, triunfa en Mal Paso y entra a Pocos dÃas después (28 de junio), Paunero y Sandes derrotan completamente a Peñaloza, quien logra escapar y volver a los llanos riojanos. Allà organiza una nueva fuerza, marcha a San Juan y es vencido nuevamente en Caucete, por Arredondo e Irrazával. Se refugia el Chacho en casa de un amigo suyo, cerca de Olta. El 12 de noviembre del 63, está desayunando cuando irrumpe el comandante mitrista Ricardo Vera. Peñaloza se rinde y Vera manda avisar a Irrazával. Al llegar, éste le quita la lanza a un soldado, clavándosela al preso. Luego le corta la cabeza y separa de ella una oreja, que envÃa a |
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