desde 1852 hasta 1899
Chacho Peñaloza
 
 

Juan Angel Peñaloza, “El Chachoâ€, fue un patriarca norteño, que ejerció una enorme influencia desde su estancia ubicada en La Guaja, un lugar de los llanos riojanos. Había apoyado la Coalición del Norte –unitaria– y, más tarde, a Justo José de Urquiza, quien le concedió el grado de general.


El año 62 lo sorprende en Catamarca, donde acudiera con sus fuerzas por pedido del gobernador Molina, atacado por el santiagueño Manuel Taboada. Ausente Peñaloza, tropas porteñas invaden La Rioja, para asegurar su sujeción al gobierno nacional. En la operación participan varios de los coroneles uruguayos que utiliza Mitre en tales tareas y cuya implacable dureza llegará a ser célebre: Paunero, Sandes, Arredondo, Rivas.


Peñaloza admite reconocer el orden establecido después de Pavón, a cambio del retiro de aquellas tropas, pero Paunero no acepta condiciones. A la sombra del Chacho surgen caudillos menores, que promueven una guerra de guerrillas contra los ocupantes. Asediados por el paisanaje, los “coroneles de Mitre†siembran terror, degollando sin asco. La reacción riojana se extiende a Catamarca, San Juan, Córdoba y San Luis.


El 29 de mayo de 1862, en la estancia “La Banderitaâ€, se llega a un acuerdo, mediante el cual Peñaloza depondrá las armas y los soldados de Buenos Aires dejarán La Rioja.


La paz no dura mucho. El Chacho se queja a Paunero, denunciando que los gobernadores de San Juan (Sarmiento) y San Luis (Barbeito) no respetan el convenio. Villafañe, gobernador oficialista de La Rioja, renuncia porque nadie le hace caso. Reaparecen las montoneras, en los llanos y las sierras. Una asamblea popular elige gobernador provisorio al federal Juan Bernardo Carrizo.


Las montoneras desbordan sobre provincias vecinas. Sandes acude en auxilio de San Luis. Sarmiento reclama a gritos “no ahorrar sangre dev gauchos, que es lo único que tienen de humanosâ€. Y Mitre lo nombra “Director de la Guerraâ€. Sandes triunfa fácilmente en San Luis, pasa a cuchillo a los prisioneros y exige al Chacho que entregue varios jefes montoneros, que se encuentran en los llanos riojanos. Peñaloza se rehúsa, declara la guerra a Mitre y redacta una proclama que es conocida como “Grito de Guaja†(abril del 63).


Peñaloza toma el título de “General en Jefe del Ejército Reaccionarioâ€. Y la reacción se extiende. Catamarca es invadida por los federales; el coronel Clavero (aquel que ordenara fusilar a Aberastain) ataca Mendoza, desde Chile; jinetes riojanos van sobre San Luis. Taboada, fiel a Mitre, triunfa en Mal Paso y entra a La Rioja. Peñaloza toma San Francisco, en San Luis. Pronto tiene que volver a sus pagos y libra batalla en Lomas Blancas contra Sandes, arrebatándole la caballada y refugiándose luego en las sierras. Su proximidad determina una revolución en Córdoba, donde el vecino Simón Luengo depone al gobernador Posse y una asamblea popular elige para el cargo a José Pío de Achával. éste abre las puertas de la ciudad al Chacho, que recorre sus calles al frente del “Ejército Reaccionarioâ€, el 14 de junio de 1863.


Pocos días después (28 de junio), Paunero y Sandes derrotan completamente a Peñaloza, quien logra escapar y volver a los llanos riojanos. Allí organiza una nueva fuerza, marcha a San Juan y es vencido nuevamente en Caucete, por Arredondo e Irrazával.


Se refugia el Chacho en casa de un amigo suyo, cerca de Olta. El 12 de noviembre del 63, está desayunando cuando irrumpe el comandante mitrista Ricardo Vera. Peñaloza se rinde y Vera manda avisar a Irrazával. Al llegar, éste le quita la lanza a un soldado, clavándosela al preso. Luego le corta la cabeza y separa de ella una oreja, que envía a La Rioja. Sarmiento felicita a Irrazával y pide su ascenso, como así también el de Vera.