desde 1852 hasta 1899
una guerra impopular
 
 

Pese a que la toma de Corrientes provocó un vuelco de opinión, lo cierto es que la Guerra de la Triple Alianza jamás llegó a ser popular en nuestro país. Alberdi escribe contra ella. Dado que se prolonga más de lo esperado y las noticias sobre bajas propias son espeluznantes, su impopularidad se acentúa. Ello favorece la explosión de nuevos pronunciamientos federales contra Mitre, en el interior. Entre quienes se pronuncian está Felipe Varela, un hombre singular. Es catamarqueño, tiene campo en La Rioja, ha sido coronel del Chacho Peñaloza. Flaco y alto, usa grandes bigotes blancos, botas militares y sombrero de mosquetero. Cruza desde Chile con 200 hombres.


Uno de los entreveros sostenidos por Varela tiene lugar contra Taboada, en el Pozo de Vargas. Los riojanos cargan al son de la después famosa Zamba de Vargas. Derrotados, esa zamba pasaría a ser patrimonio de los vencedores, que le cambian la letra.


Ante las conmociones que sacuden la República, Mitre regresa del frente, dejando el mando de las tropas aliadas que combaten en el Paraguay.


Una epidemia de cólera se desata en los campamentos de Curupaytí, que alcanza Buenos Aires en 1867 y se prolonga durante 1868. El número de muertos es tan alto, que en la ciudad los carros fúnebres no dan abasto. El gobierno instala un lazareto, donde actúan el doctor Manuel Augusto Montes de Oca, el practicante mayor Eduardo Wilde e Ignacio Pirovano, graduado en farmacia y estudiante de medicina a la sazón.