La coalición internacional que derrocó a Rosas
El asedio completado
 
 
Todos sabían que el Imperio había dispuesto £ 30.000 para sobornar a Urquiza. Esta es la información que proporciona a su gobierno Gore, el diplomático inglés acreditado ante el Imperio, quien agrega que si fuera necesario, el Brasil estaba dispuesto a adelantar el doble 34. El gobernador de Entre Ríos sólo esperaba la ocasión para pronunciarse contra Rosas. Herrera y Obes escribía a Lamas para anunciarle que habría “una estrepitosa ruptura entre Urquiza y Rosas”. Y agregaba que Rosas tenía cierta desconfianza respecto de la actitud del entrerriano, “al que atribuye un plan para la formación de un Estado independiente y poderoso, compuesto de Entre Ríos, Corrientes y el Paraguay” 35. El dictador porteño se había enterado de una conferencia secreta celebrada entre Virasoro, gobernador de Corrientes, y Urquiza en la cual se habría tratado el retiro de los poderes delegados en Rosas para la conducción de las relaciones exteriores de la Confederación y la no participación en una eventual guerra contra el Brasil, que se consideraba inminente. En esa época ya se habían interrumpido las relaciones diplomáticas entre el Imperio y el gobierno argentino.

En los contactos y gestiones que hemos referido figuraba el hábil e inquieto comerciante catalán Antonio Cuyás y Sampere, socio y amigo de Urquiza, en cuyo nombre trabó contacto con Herrera (el ministro de Gobierno de Montevideo), con Herrera y Obes y con el representante brasileño en la capital oriental, Rodrigo de Souza da Silva Pontos. Con éstos acordó las bases de un convenio secreto ajustado a las Instrucciones que el canciller Soares de Souza envió a su representante Silva Pontes. A través de sus cláusulas se advierte la extraordinaria destreza y pulso del Ministro de Relaciones Exteriores brasileño para concebir y desplegar el plan de la coalición internacional que derribaría a Rosas 36.