Grupos Políticos en la Revolución de Mayo
La primera Junta de Gobierno
En resumen, de los cinco grupos sociales que señala Zorraquín Becú en su trabajo citado (los funcionarios, los sacerdotes, los vecinos de mayor categoría, los militares criollos y los intelectuales burgueses) solamente uno se opuso a “Superfino parece insistir —escribe Zorraquín Becú— en la gravitación decisiva de esa burocracia. Ella ejercía el gobierno político, tenia el mando militar, desempeñaba la justicia superior y cuidaba de las rentas y del ordenamiento económico. Sus decisiones eran soberanas, y su poder no aparecía coartado o controlado sino por el de otros organismos de idéntico origen y condición; aunque preciso es recordar que Y agrega más adelante: “De esos cinco grupos saldrá la ¿unta nombrada por el Cabildo el 24 de mayo, que era a la vez corporativa y estamental, y estuvo constituida por los representantes más destacados de cada fuerza social. Cisneros era el primer funcionario; Castelli el vocero de los intelectuales; Saavedra el jefe militar más prestigioso; Juan Nepomuceno Sola, cura de la parroquia de Monserrat, actuó en el Cabildo Abierto como uno de los dirigentes del sector moderado y portavoz de una parte del clero; y José Santos Inchaurregui era un antiguo miembro del cabildo y un comerciante muy considerado”84. En efecto, el Cabildo, a quien se había conferido la facultad de nombrar el nuevo gobierno, constituyó el 24 de mayo una Junta Provisional, presidida por el ex-Virrey, asociado con el Dr. D. Juan Nepomuceno Sola, cura rector de Montserrat; el Dr. D. Juan José Castelli, abogado de “...sólo el último (Inchaurregui) era europeo —afirma Groussac—, y había votado en el Cabildo Abierto con Sola, es decir, como Belgrano, Castelli, Moreno, Paso, etc.”85, por la deposición del Virrey, Es importante insistir en este detalle para desvirtuar la versión corriente de que en A las tres de la tarde de ese mismo día, juraron los integrantes del nuevo gobierno, que indudablemente representaba un progreso sobre la situación anterior, por cuanto, si bien subsistía Cisneros al frente del ejecutivo, su autoridad ya no emanaba de un organismo europeo, como era Y esto es evidente, en la junta habían entrado los dos jefes de los grupos revolucionarios más importantes, esto es, Saavedra y Castelli; además figuraban dos destacados miembros de esa estructura de circunstancias que fue el denominado “partido moderado”, que por otra parte, habían votado la cesantía del virrey en el mando, es decir. Sola e Inchaurregui; y por ultimo, el propio Cisneros, que era la figura más prominente del “partido metropolitano”. El grupo de Alzaga había quedado al margen, e inclusive Ruiz Huidobro, cabeza visible del partido conciliador, de acuerdo con la consigna, no figuraba en la junta. La junta era, en definitiva, fruto de la conciliación, pero era en sí un triunfo revolucionario —el propio Saavedra afirmó posteriormente-que pudiendo ser Presidente en el primer instante, introdujo al Virrey—. Así lo confirma Jaime Delgado en sentido genérico, cuando expresa: “Las Juntas... significaron ya la aplicación de un primer principio revolucionario triunfante, porque tales organismos no estaban previstos en la doctrina jurídica tradicional”87. “El pueblo pareció satisfecho de esta elección —afirma Guido— y los españoles se felicitaban de haber salvado del peligro de un trastorna fundamental viendo triunfante la autoridad del virrey. Muy diferente sensación produjo tan inesperado desenlace en el club reunido a las ocho de la noche en casa del señor Peña. Allí se analizó el carácter délos elegidos; se descubrió el origen de la candidatura Cisneros; se reconoció por unanimidad que dos de los miembros de carácter asético y tímido, se plegarían sin violencia a la político del presidente y hasta llegó a dudarse de la firmeza del coronel Saavedra, bajo la presión y el influjo de un jefe superior. Contábase solamente con la persona del Dr. Castelli; pero ninguno de sus amigos descubiertos como conspiradores, se reputó seguro continuando en el mando el general Cisneros”88. Los revolucionarios no se sentían conformes con que Cisneros conservara, no el poder político, sino lo que era más importante en ese momento, el mando de las armas, y pese a la aprobación de sus principales caudillos, —Saavedra y Castelli—, exigieron que se nombrara comandante de armas al primero y, ante la resistencia de Cisneros, la formación de una nueva Junta. Es Castelli, precisamente, quien, en la primera reunión celebrada por Francisco Saguí, en sus memorias citadas, ratifica aun más este episodio: “...la noche de ese mismo día 24 Esa misma noche, a las diez, |
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