desde 1852 hasta 1899
Urquiza y Mitre
 
 
A partir de la sanción del texto constitucional, aprobado en Santa Fe y jurado por todas las provincias menos Buenos Aires, sobreviene una época caracterizada por la puja entre ésta y aquéllas. Dos figuras la podrían encarnar sintéticamente: Justo José de Urquiza y Bartolomé Mitre. A ellas, en todo caso, se podría agregar la del abogado cordobés Santiago Derqui, que bascularía entre las zonas de atracción que generaban esos dos polos de poder.

En julio del 53 asume el gobierno bonaerense Pastor Obligado, abogado y estanciero con antecedentes rosistas. Su ministro Lorenzo Torres, que tiene antecedentes análogos y que, como Obligado, procurará olvidarlos, era el hombre fuerte del gabinete.

En octubre de ese año, entran en guerra Tucumán y Santiago del Estero, provincias que nunca se llevaron bien entre ellas, sin que de esa guerra derivaran mayores consecuencias, pues concluyó en una suerte de empate.

El 5 de marzo de 1854, Urquiza es elegido presidente constitucional de la Confederación y, desde su cargo, lleva a cabo una política de equilibrios entre las provincias, que sustenta en su profundo conocimiento de los hombres influyentes en ellas.

Para comprender bien los hechos, es necesario tener presente que, no obstante la aparente desproporción que implica comparar una sola provincia –Buenos Aires– con todas las demás, tal desproporción no pasa, en efecto, de ser aparente, dada la enorme importancia de aquélla, asentada en razones históricas, culturales y económicas. Con relación a este último aspecto, debe recordarse que los ingresos aduaneros, sumamente gravitantes en la época, correspondían casi exclusivamente al gran puerto abierto sobre el Río de la Plata.