desde 1492 hasta 1800
Irala
 
 
Domingo Martínez de Irala (monumento a los españoles en Buenos Aires)Ayolas prosiguió su esforzado avance. Luego de remontar 100 leguas el río Paraguay, se mete tierra adentro. Antes, construye en la costa un fortín que denomina Nuestra Señora de la Candelaria, dejando a su frente un hombre dotado de notables condiciones personales: Domingo Martínez de Irala, natural de Guipuzcoa, valiente, sagaz y prestigioso entre sus compañeros.

 

Mientras Irala permanece en la Candelaria, llega allí Juan de Salazar, enviado por Mendoza antes de dirigirse éste a España, con el encargo de notificar a Ayolas que le ha legado la dignidad de Adelantado. Irala y Salazar buscan inútilmente a Ayolas. Por fin, vuelve Salazar sobre sus pasos y, a orillas del río Paraguay, en una bahía profunda que está cerca de un cerro, levanta la fortaleza que llama de Nuestra Señora de la Asunción, hoy capital paraguaya. Ello tuvo lugar un 15 de agosto de 1537.

 

Como Ayolas no retorna, Irala se hace cargo del mando en Asunción. Desde allí organiza otra entrada, en busca de aquel Adelantado que jamás se enteraría de haber recibido tal título como legado. Por un indio sobreviviente, se entera Irala del fin de Ayolas.

 

Había ocurrido que éste, en su temeraria incursión, luego de mil peripecias alcanzó las Sierras de la Plata. Y, cargado con el precioso metal, llegó de vuelta a la Candelaria, abandonada por Irala. Buscó y halló una calabaza enterrada en un sitio convenido de antemano y, dentro, un papel en que obraban las instrucciones dejadas por Irala para permitirle llegar a Asunción. Puestos en camino, Ayolas y los suyos fueron muertos por los payaguás, salvándose de la matanza tan sólo el indio que informó sobre los tristes sucesos que pusieron fin a la vida aventurera de Ayolas.