el Siglo XVIII
Al morir Carlos II sin descendencia, se ciñó la corona Felipe V, que era duque de Anjou y pertenecÃa a la dinastÃa de los borbones, de la cual no saldrÃan buenos reyes para España. Su ascensión al trono dio lugar a la Guerra de Sucesión (1702-1713), que concluirÃa con el Tratado de Utrecht, muy desfavorable a los españoles. En virtud del mismo, Portugal obtiene la Colonia del Sacramento, e Inglaterra, además de quedarse con Gibraltar, logra ventajas comerciales que tendrÃan fuerte influencia en el RÃo de la Plata. Entre 1721 y 1734, ocurrieron graves sucesos en Asunción, donde el vecindario se ha opuesto a las autoridades designadas por el virrey del Perú, eligiéndolas por sà y dando lugar al gobierno “comunero†–vale decir “del comúnâ€â€“, que tiene antecedentes en una antigua revuelta castellana, sofocada a sangre y fuego. También la paraguaya fue finalmente reprimida por el gobernador de Buenos Aires, Bruno Mauricio de Zavala, fundador de Montevideo. Mediante el Tratado de Permuta (1750), los portugueses se comprometen a entregar la Colonia del Sacramento, recibiendo en cambio las misiones jesuÃticas establecidas al este del RÃo Uruguay, trueque que les resultaba sumamente ventajoso. Pero indios y jesuitas se resisten, estallando la “Guerra GuaranÃticaâ€. Los combates se prolongan tres años y el Tratado queda sin efecto. Hacia el siglo XVII, ya había hecho su aparición en las llanuras del Río de la Plata y en las que se extendían al sur del Brasil un personaje característico: el gaucho, que en portugués llamaron “gauderio”. Hombre libre, de a caballo, diestro en las tareas rurales, manejaba el lazo y las boleadoras, habiendo aprendido de los indios el uso de éstas. Anduvo errante al principio, solitario y sin “querencia”. Más tarde, peón de estancia o dueño de algunos animales, tuvo rancho y familia. |
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