desde 1900 hasta 1992
Victorino de la Plaza
 
 

El gabinete que acompañaba a Plaza desde el mes de febrero de 1914 estaba así compuesto: Miguel S. Ortiz (Interior), José Luis Murature (Relaciones Exteriores), Enrique Carbó (Hacienda), Tomás R. Cullen (Justicia e Instrucción Pública), Horacio Calderón (Agricultura), Manuel Moyano (Obras Públicas), general Angel Allaria (Guerra) y vicealmirante Juan P. Sáenz Valiente (Marina).


A poco de conformado este ministerio, el presidente todavía interino debió adoptar posición ante el ataque que la escuadra de los Estados Unidos llevó a cabo contra la ciudad mejicana de Veracruz, la cual ocupó con sus fuerzas de desembarco. El origen de esa acción se vinculaba con la guerra civil que tenía lugar en Méjico, donde el general Venustiano Carranza se había alzado contra el presidente, general Huerta. Y ocurría que Carranza era amigo de los norteamericanos, no así Huerta. Si bien la intervención armada no invocó tal motivo sino que, para justificarla, se dijo oficialmente que tenía por fin “salvar la democraciaâ€. Pero, como suele suceder, la irrupción extranjera tuvo efectos contrarios al buscado, provocando un vuelco en la opinión sudamericana, favorable al agredido presidente Huerta. A raíz de ello, la Unión buscó una salida decorosa para zafar del problema en que se había metido.


Esa salida se la dieron los gobiernos de la Argentina, Brasil y Chile, cuyos delegados se reunieron en Niagara Falls a fin de mediar en el incidente, reconociendo como quien no quiere la cosa al gobierno revolucionario encabezado por Carranza. Logrado esto, los Estados Unidos se retiraron de Veracruz. Tal mediación plasmó en el tratado conocido como del ABC (Argentina-Brasil-Chile), firmado en mayo de 1915 y que, luego, los parlamentos de cada país no ratificaron.


Durante la gestión de Plaza, el país mantuvo su neutralidad respecto a la Gran Guerra, resolviéndose satisfactoriamente la situación que originó el apresamiento del buque “Presidente Mitre†–de bandera argentina y propiedad de una empresa alemana– por parte de un crucero británico en la boca del Río de la Plata.


A todo esto, se acercaba la finalización del período presidencial que iniciara Sáenz Peña y que Plaza estaba completando. La posibilidad cierta de un triunfo radical y de un considerable aumento en los votos socialistas causaba honda preocupación entre los moderados que, sin adscribir al “Régimenâ€, tampoco simpatizaban con los turbulentos seguidores de Hipólito Yrigoyen ni con la protesta izquierdista. De ese estado de ánimo nació el partido Demócrata Progresista, en agosto de 1914, a poco de morir Sáenz Peña. Que tuvo por jefe a Lisandro de la Torre, un político santafecino de brillante oratoria, honradez probada y agrio carácter.


Las elecciones se efectuaron el 2 de abril de 1916. Los radicales habían proclamado la fórmula Hipólito Yrigoyen-Pelagio Luna; los conservadores (herederos del “Régimen†e impulsados por Marcelino Ugarte), a ángel Rojas-Juan R. Serú; los demócratas progresistas a De la Torre-Alejandro Carbó; los socialistas a Juan B. Justo-Nicolás Repetto. Resultó electo el binomio radical Yrigoyen-Luna.