Uriburu
El paÃs recibe con alborozo la noticia del éxito revolucionario. Aunque, como suele ocurrir en estos casos, algunos disturbios se mezclan con las expresiones de júbilo. La casa de Yrigoyen es saqueada por el populacho. A raÃz de lo cual José Félix Uriburu dicta un bando, donde hace saber que todo individuo que sea sorprendido cometiendo delitos contra la seguridad y bienes de los habitantes o que atente contra los servicios públicos, será pasado por las armas sin forma alguna de proceso. El enérgico oficial que asà se expresaba era salteño, nacido en 1868. PertenecÃa a una vieja familia, con notoria influencia lugareña, que se extendió al ámbito nacional cuando don José Evaristo, tÃo del general, gobernara El gabinete del gobierno “de facto†queda asà conformado: MatÃas G. Sánchez Sorondo (Interior), Ernesto Bosch (Relaciones Exteriores), Enrique Pérez (Hacienda), Ernesto E. Padilla (Justicia e Instrucción Pública), Horacio Beccar Varela (Agricultura), Octavio S. Pico (Obras Públicas), general Francisco Medina (Guerra) y almirante Abel Renard (Marina). Al dÃa siguiente de asumir el mando, Uriburu disolvió el Congreso Nacional, declaró “en comisión†al Poder Judicial y dispuso que los jefes de las guarniciones locales se hicieran cargo del gobierno en las provincias. Pronto los jefes de guarnición fueron reemplazados por interventores federales, en las distintas provincias. Carlos Ibarguren, primo y consejero de Uriburu, es interventor en Córdoba. Allà pronunciará una conferencia que ha de tener gran repercusión: señaló que el desorden que caracterizó al gobierno radical no se debÃa sólo a los hombres sino a las instituciones y que, por lo tanto, era preciso reformar éstas; propuso sustituir a quienes practicaban el “profesionalismo electoral†por “representantes de los verdaderos intereses sociales†y expresó que en el parlamento también debÃan tener cabida los “gremios y corporacionesâ€. Para concretar estas ideas y llevar a cabo el cambio deseado, Uriburu se propone reformar Las intenciones reformistas del general lo alejan de los polÃticos que, como se dijo, encuentran apoyo en Justo. Los nacionalistas están con Uriburu, contra los polÃticos y Justo. Al calor oficial se fundará la “Legión CÃvicaâ€, cuyos integrantes recibirán instrucción militar en los cuarteles y llegarán a desfilar por las calles porteñas, con uniforme gris, breeches, botas y birrete: entre ellos mi padre, Luis F. Gallardo, que lo hizo como abanderado de esas escuadras. Uriburu desea que quien lo suceda, una vez efectuadas las transformaciones que ambiciona concluir, sea su amigo Lisandro de |
|