La oposición entre las grandes tendencias someramente descriptas –nacionalistas y liberales–, se hará patente al suscribir el gobierno de Justo el “Acuerdo Roca-Runciman�, de 1933. Por medio del mismo, se obtiene para la Argentina el trato brindado a los dominios británicos del “Commonwealth�, que le permitirá exportar carne a Inglaterra, aunque se trate de una cuota reducida y a precios tarifados. Pero la obtención de esta franquicia revela simultáneamente, en forma explícita, una situación subordinada que hiere el sentimiento nacionalista –ya difundido a la sazón– y provoca ásperas controversias. Entre ellas un famoso debate en el Senado, promovido por Lisandro de la Torre, que da pie a una investigación parlamentaria en torno al comercio de carnes. La Comisión respectiva, que también integra de la Torre, establece la existencia de serias irregularidades por parte de los frigoríficos británicos y norteamericanos, que aquí operan monopólicamente, y alcanza tono de escándalo cuando se descubre que uno de ellos intenta embarcar subrepticiamente los libros de contabilidad que las acreditan. Interpelado el ministro de Agricultura, Duhau, sobrevienen en el Congreso momentos de gran violencia. Duhau y de la Torre se van a las manos. Enzo Bordabehere, senador por Santa Fe, acude en defensa de su comprovinciano Lisandro. Interviene un sujeto llamado Valdéz Cora y mata de 3 balazos a Bordabehere. Aparentemente, el asesino era un guardaespaldas del ministro, pero éste lo negó siempre y aquél no lo confesó. La primera intervención realizada por de la Torre tuvo lugar en septiembre de 1934 y la muerte de Bordabehere ocurrió en julio de 1935.

También el escándalo rodea la llamada “coordinación� de los transportes, concluida por esa época, que beneficia a los concesionarios ingleses en perjuicio de los dueños de colectivos, un vehículo de pasajeros inventado en la Argentina. Lo mismo sucede con otra investigación, dispuesta por el Concejo Deliberante de la Capital Federal, a raíz de las numerosas protestas de usuarios contra la CHADE. Es ésta una compañía española, que depende de un consorcio internacional (SOFINA) y tiene la concesión del servicio eléctrico para la ciudad de Buenos Aires. Los resultados de la investigación son adversos a la CHADE (que a la sazón se ha transformado en CADE), pero el incidente concluye con un acuerdo que no la afecta y que despierta justificadas suspicacias.